Devocional Abril 10

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 16 Una herencia escogida.

David comienza este salmo con una urgente búsqueda de protección divina… “Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado”. Salmo 16:1 Como si dijese: “Presérvame de todo mal, especialmente de la muerte y del pecado al que estoy continuamente expuesto, porque solo en Ti me refugio, eres el único que me da confianza y seguridad”.

Tal era su dedicación y confianza en Dios, que el salmista no encontraba sentido a una vida fuera de la presencia  y la bendición del Señor. ¡Todo bien mío está en Ti, oh Rey! El apóstol Pablo también expresó la misma verdad cuando escribió: “Porque para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21)

“Tú eres mi Señor, no hay para mi bien fuera de Ti”. Salmo 16:2b

David tenía claro que la comunión con Dios es la fuente segura de protección, bendición y seguridad, por eso hizo la solemne elección de tener al Señor como su porción, su herencia, su bien mayor. Dando gloria en todo y por todo a Dios, ya que Él es quien le da garantía de bendición.

“Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tu sustentas mi suerte”. Salmo 16:5

Los que tenemos al Dios vivo por nuestra porción ¿qué más podemos desear? El Señor es nuestra herencia. El cielo es nuestra heredad. Él es nuestro hogar, nuestro reposo, nuestro bien eterno ¿qué más podemos anhelar?

Que el Señor sea nuestra porción y nuestro deleite. Que sea el nuestra prioridad y el motivo de nuestra alabanza y adoración. Que podamos imitar al salmista y buscar cada día más de Él; buscar lo que le agrada al Padre, imitando al Hijo, teniendo más y más comunión con el Espíritu. Teniendo al Señor como nuestro bien mayor.

Que podamos aplicar este bello salmo a nuestras vidas y renovar nuestra elección por Dios, como nuestro Dios, con santa y ferviente consagración.

Oremos: Señor, mi fuente segura de protección y bendición está en Ti, eres Tu mismo. Mi anhelo es buscarte y encontrarte cada día, mi deseo es agradarte con mi vida.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 09

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 15 Los que habitarán en el monte santo de Dios.

“Jehová, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu monte santo? Salmo 15:1

Un hermoso salmo que nos señala el camino al cielo, a la íntima presencia y comunión con Dios. El salmista lo comienza con preguntas que nos confrontan y animan a buscar ese camino… ¿Quién habitará en Tu tabernáculo? Oh Señor, ¿quién morará en Tu monte santo? ¿qué clases de personas Tu reconoces como Tuyas y tienen acceso a Tu presencia? La respuesta es clara y concreta, y nos describe la conducta de un habitante de Sion, y nos hace reflexionar en que tenemos ciertos deberes como ciudadanos del Reino de los cielos.

Debemos ser íntegros y sinceros en lo que profesamos ser, limpios y puros de corazón, para poder presentarnos ante Dios aprobados. Practicar la justicia y hablar la verdad.

Debemos ser honestos y honrados en todos nuestros asuntos, serles fieles a Dios, obrando en justicia, en especial en nuestros negocios y finanzas.

Debemos hacer el bien a nuestro prójimo, teniendo sumo cuidado de no hacerle daño a nadie con nuestras palabras y acciones.

Debemos apreciar a los hombres por sus virtudes, no por lo que tengan o aparenten ser ante el mundo.

Debemos hacer uso justo de nuestro dinero, teniendo negocios limpios y honestos, no admitir sobornos; y si llegamos a prestar; no exigir intereses.

Debemos vivir como ciudadanos de Sion, para llegar a ser como el mismo Monte de Sion, que no puede ser removido.

Debemos vivir una vida edificada sobre la Roca.

Oremos: Señor, muéstrame Tus caminos, para así andar en Tu luz. Guíame, fortaléceme y ayúdame a caminar, hablar y vivir como un ciudadano de Sion.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 08

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 13 Plegaria pidiendo ayuda en la aflicción.

Un lamento amargo que termina convirtiéndose en una dulce declaración de confianza y alabanzas al Señor.

“¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás por siempre? ¿Hasta cuando esconderás Tu rostro de mi?” Salmo 13:1

David se encontraba deprimido y desalentado, desesperado por sus problemas, se sentía totalmente abandonado. Pensaba que Dios estaba renuente a darle ayuda, por eso derrama su alma delante de Él. Y descubrió que no hay nada más beneficioso para el alma turbada, que derramar todos sus pesares ante el Trono de la Gracia. Es allí, en la presencia del Señor, que podemos tener un encuentro transformador con Aquel que es afligido en nuestras aflicciones. “En toda angustia de ellos él fue angustiado…” Isaías 63:9a

Tenemos acceso libre ante el Trono de la Gracia mediante la fe. Tenemos libertad de palabra, podemos derramar por completo nuestro ser ente el Señor.

El temor nubló por un momento los pensamientos de David, haciéndole creer que tal vez Dios se había olvidado de él.

Al igual que David, en algún momento de la dura prueba, hemos llegado a preguntarle al Señor: ¿Hasta cuándo? ¿Será que te has olvidado de mi? ¿Cuánto tardarás en responder? ¿Cuándo se va a acabar esto? Y seguramente hasta hemos llegado a pensar que tal vez no se acabe nunca, dejando que la desconfianza se vuelva desesperación.

David comenzó el salmo desanimado, pero al final lo vemos regocijado en el Señor y exaltando Su nombre. “Mi corazón se alegrará en Tu salvación”. Salmo 13:5b. Este es el poder de la fe y de la oración. Este es el poder que fluye al acercarnos a Dios y derramar ante Él todo nuestro ser.

La fe en la misericordia de Dios llenó el corazón de David de gozo y de seguridad, y puede llenar el tuyo hoy.

“Cantaré a Jehová porque me ha hecho bien.” Salmo 13:6

Oremos: Gracias, Señor, porque puedo acercarme con confianza ante el Trono de Gracia y alcanzar misericordia y oportuno socorro. Gracias, Espíritu Santo, por ser mi ayuda en mi oración; haces que mi corazón se alegre en la salvación de Dios.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 07

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 11  El refugio del justo.

Este hermoso Salmo de David es de gran provecho y bendición para cuando nos encontremos bajo amenazas de los enemigos de Dios; y nos veamos acechados y tentados a desconfiar del poder y de la protección del Señor.

“En Jehová he confiado; ¿Cómo dices a mi alma, que escape al monte cual ave? Salmo 11:1

David había determinado poner su confianza en Dios, pase lo que pase. Sus enemigos tenían todo preparado para acabar con su vida, pero David marcó una posición firme ante la tentación de desconfiar de su Dios… ¿Cómo dices a mi alma, que escape al monte cual ave? ¿Cómo de dices a mí, que huya como todo un cobarde? Si yo he hecho la firme resolución de confiar plenamente en mi Rey Gibbor.

David nos da un gran ejemplo de confianza y valentía frente a la prueba. Nos anima a aferrarnos con mayor fuerza a nuestros principios, a nuestra fe y a nuestro Poderoso Dios, porque:

Hay un Dios en los cielos, desde lo ve todo y lo gobierna todo.

Dios es el Rey del universo y tiene en el cielo, no solo Su residencia, sino también Su trono, desde donde El dispone Sus poderes sobre la tierra.

Dios nos conoce perfectamente, Sus ojos nos ven y nos escudriñan. El no solo conoce lo que decimos y hacemos, conoce nuestros pensamientos.

Dios es un Dios de justicia, el aborrece a los que aman la violencia y tarde o temprano hará llover sobre ellos Su juicio.

Aunque nos rodeen las adversidades, El Señor nos rodeará con Su favor. Porque El conoce a Sus hijos y está a favor de ellos. Somos muy amados por Dios.

Disfrutemos de Su favor, porque Él es refugio del justo.

Oremos: Señor, en Ti he determinado poner mi confianza. No temeré, porque Tu eres mi refugio seguro.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 06

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 9  Acción de gracias por la justicia de Dios.

Un hermoso Salmo donde David alaba al Señor por haber defendido su causa y haberle dado la victoria sobre sus enemigos.

“Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.” Salmo 9:1

Cómo no alabarle, si Él ha hecho grandiosas y maravillosas obras por Su siervo. Por eso David presenta una alabanza agradecida y llena de gozo santo, porque los triunfos de su Rey Gibbor también son los triunfos de Sus redimidos.

El salmista reconoce el poder absoluto y supremo de Dios, al que ningún enemigo puede hacerle frente. Todos Sus enemigos tiemblan ante El. Es que la presencia del Señor y la gloria de Su poder son suficientes para destruir a los enemigos de Su pueblo.

Sigamos el ejemplo de David y tomemos tiempo para recordar las victorias de El Gibbor sobre los poderes del infierno; y celebremos con alabanzas y acciones de gracias Sus triunfos.

“Cantad a Jehová, que habita en Sión; publicad entre los pueblos.” Salmo 9:11

Cantemos alabanzas a Dios por Sus favores y liberaciones en el pasado, invitemos a otros a unirse a ese coro de gratitud y celebración, porque El habita en medio de las alabanzas de Su pueblo.

No paremos de orar, no dejemos de alabar, porque El continúa mostrando Su favor para con nosotros hoy; y lo seguirá haciendo en el futuro, pues aún no se terminan nuestras luchas.

¡Demos alabanzas al Señor!

Exaltemos Su Santo y Poderoso nombre.

Oremos: Bendito y exaltado sea Tu nombre, oh Rey Gibbor, por lo que has hecho, por lo que estás haciendo, por lo que harás. Porque grandes y maravillosas son Tus obras, Señor, Dios Todopoderoso.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 05

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 7  Plegaria pidiendo vindicación

“Jehová, Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame”. Salmo 7:1

Una plegaria por vindicación, en medio de las maliciosas imputaciones que le hacían a David sus enemigos. Una súplica por el favor de Dios y por Su justicia.

Aquellos que estén siendo tratados injustamente, acusados falsamente, difamados, atacados o menospreciados; pueden encontrar en este salmo un modelo de oración. Teniendo en cuenta que nuestra batalla no es contra carne ni sangre, sino espiritual. La oración pudiera aplicarse a nuestro mayor enemigo, ese que como león rugiente anda buscando a quién devorar, y procura desgarrar nuestras almas.

En lugar de ceder ante la presión de nuestros enemigos espirituales, debemos seguir el ejemplo de David; y avivar nuestra devoción a Dios, acudiendo a Él, quien es nuestro libertador y salvador.

-Refugiémonos bajo la protección de Dios… “sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame”. V1

-Apelemos al que escudriña los corazones… “júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia y conforme a mi integridad”. V8

-Roguemos humildemente a Dios que se muestre a nuestro favor… “Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón”. V10

Teniendo a nuestro favor el testimonio de una conciencia limpia y pura, podemos rogar al Señor que se muestre a nuestro favor frente a aquellos que nos persiguen, difaman, ofenden juzgan y condenan.

Oremos: Señor, me refugio en Tu presencia, donde puedo estar seguro. Tú conoces mi corazón, por eso espero en Tu salvación.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 04

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 5 Plegaria pidiendo protección.

El salmista se encontraba en grandes aprietos a causa de la maldad de sus enemigos, por eso dirige al Señor una plegaria por protección.

“Está atento a mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a Ti oraré.2 Salmo 5:2

Un clamor solemne y confiado, una oración llena de esperanza. David da gloria a Aquel que oye su oración  y toma de Él consuelo y paz.

¿Cómo es nuestra oración cuando estamos en aprietos? ¿Creemos que el Dios a quién oramos nos escuchará y responderá?

Esta oración de David puede inspirarnos a buscar a Dios con todo nuestro corazón; llenos de esperanza y seguridad de que el Dios a quién clamamos, no solo es Dios, sino también Rey y Señor, que está sentado en Su Trono de gloria, atento al clamor de los Suyos.

-“Escucha, oh Jehová, mis palabras” (V1) Cuán maravilloso es nuestro Dios. El que está sentado en el Trono de los cielos, el Alto y Sublime, El que habita en la Eternidad, El tres veces Santo. El escucha nuestras oración con atención y responde a nuestro clamor.

-“de mañana oirás mi voz”.(V3) David oraba por la mañana, él sabía que era el momento más apropiado para hacerlo. Cuando nuestros pensamientos están frescos y aún no se han visto aturdidos o abrumados por los afanes del día.

-“y esperaré”. (V3) David dirigía su oración fijamente a Dios; así como un arquero dirige su flecha al blanco. Esperando recibir la respuesta segura, con gratitud, confianza y paciencia.

Hoy es un buen día para determinarnos buscar a Dios de todo corazón, seguros de que Él responderá.

Hoy es un buen día para determinarnos persistir en oración y no vivir sin ella.

Hoy es un buen día para determinarnos hacer de la oración matutina un hábito santo en nuestras vidas.

Renovemos nuestra dedicación al Señor y busquemos más comunión con Él. Oremos sin cesar y esperemos con gratitud la respuesta que viene de lo Alto.

Oremos: Espíritu Santo, enséñame a orar y a vivir una vida de oración, gratitud y alabanza.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 03

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 4 Oración vespertina de confianza en Dios.

“Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, Tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mi, y oye mi oración.” Salmo 4:1

Hermoso Salmo de David. Una oración que se convierte en un sermón, donde el salmista nos recuerda que el Señor escuchará en momentos de angustia a aquellos que tengan una relación personal y de confianza con Él. Aquellos que tengan un sincero deseo por la ayuda de Dios y vivan de una manera justa y piadosa. Por eso, David nos exhorta, en el nombre de Dios, a considerar nuestros caminos, a servir al Señor con integridad y justicia; y a poner en EL nuestra absoluta confianza.

“Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.” Selah Salmo 4:4

Un llamado a la meditación. Una meditación que nos lleve al temor a Dios, a temer ir en contra de Su voluntad. Un llamado a la reflexión que nos lleve camino a la sabiduría y prudencia. Porque realmente nos conviene examinar nuestra conciencia al acostarnos, para ver en que hemos fallado durante el día; y arrepentirnos de ello.

Un llamado a tomar conciencia de nuestros deberes hacia Dios, a examinar nuestros caminos y a procurar una vida recta, santa, piadosa y justa; buscando el favor y la gracia de Dios, anhelando la llenura de Su Espíritu, esa paz inalterable y ese gozo inefable que sólo Él puede darnos.

“Tu diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.” Salmo 4:7

Examinemos nuestros caminos y aprendamos a poner todos nuestros asuntos en las manos del Señor, así podremos acostarnos y dormir tranquilos, sabiéndonos sostenidos y protegimos. Él es Soberano, Justo, Bueno y Santo.

“En paz me acostaré, y así mismo dormiré; porque sólo Tú, Jehová, me haces vivir confiado.” Salmo 4:8

Oremos: Espíritu Santo, ayúdame a vivir una vida justa y piadosa que me permita servir al Señor con integridad y justicia, que me de la confianza de saberme sostenido y protegido por mi Rey Gibbor.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 02

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 3 Oración matutina de confianza en Dios.

Una oración matutina de confianza en Dios, que nos muestra la paz y la seguridad que sentía David, aún en medio de la terrible experiencia de tener que huir de su hijo Absalón.

“¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.” Salmo 3:1

El salmista comienza con una especie de queja a Dios por causa de sus enemigos. Él estaba en apuros, enfrentando gran peligro. Se encontraba en medio de un fuerte complot encabezado por su propio hijo. Pro a pesar de su situación, él decidió aferrarse al gran poder de Dios. “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mi; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.” Salmo 3:3

La aflicción, la oposición, el temor y los peligros; deberían causar en nosotros el mismo efecto que causaron en David: Deben conducirnos a Dios, en lugar de alejarnos de ÉL.

No podemos perder nuestra confianza en el poder y la bondad de Dios, porque como hijos Suyos, tenemos respuesta segura al invocar Su nombre. Él actuará a nuestro favor, según Su divino propósito.

David clama, con una seguridad absoluta de que El Señor es su “Escudo”: “Ya que mis enemigos están por todas partes rodeando mi vida, Tú estás presto para defenderme. Ya que mis enemigos tienen planeado destruirme, Tu levantas con gozo mi cabeza.”

¡Esto es fe! Es total confianza, es saber que todo obra para bien. Es reconocer que Dios es quien levanta nuestras cabezas y nos da motivos para alegrarnos y corazón para regocijarnos. Es saber que nuestro Rey Gibbor es el proveedor que concede la gloria. El que nos capacita para sobreponernos a los problemas de la vida.

Hoy, demos alabanzas a Dios; y recibamos consuelo, fortaleza, paz, gozo y ánimo, porque hay salvación asegurada para los hijos de Dios, por medios de la obra de Jesús.

Oremos: Señor, Tu eres mi gloria, Tu levantas mi cabeza. Mi corazón se alegra y se regocija en Ti, porque solo Tu me das paz, seguridad y ánimo en medio de la prueba.

Por Diana Hernández

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Devocional Abril 01

“Salmos en Abril”

Lectura: Salmo 1 Los justos y los pecadores

El libro de los Salmos está lleno de oraciones y alabanzas inspiradas por el Espíritu de Dios, que expresan las emociones más profundas del corazón humano en relación con Su Creador. Muchos de estos Salmos se escribieron como oraciones a Dios que expresaban: amor, adoración, acción de gracias, alabanza, confianza y un profundo deseo por intimidad con el Señor.

También, algunos de estos Salmos, expresan angustia, dolor, temor, desánimo, ansiedad, humillación, desesperación, clamor por liberación, por sanidad y restauración.

Otros se escribieron como cánticos de alabanzas, adoración y acción de gracias, por lo que Dios es y por las grandes y maravillosas obras que Él ha hecho por Su pueblo. Algunos Salmos contienen también importantes profecías mesiánicas.

En este hermoso primer Salmo, podemos encontrar una introducción a este maravilloso libro… “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;” Salmo 1:1 …Donde nos marca la diferencia entre los piadosos y los impíos.

Su Palabra nos muestra que el Señor conoce y bendice al piadoso; haciéndolo vivir bienaventurado.

¿Cómo puedo ser bienaventurado? La respuesta es clara: Viviendo una vida de justicia, amor y obediencia a la Palabra de Dios. Una vida en comunión y consagración; una vida separada de las cosas del mundo. Una vida regida bajo principios divinos.

El Señor nos llama a vivir una vida en el Espíritu, una vida de fiel búsqueda de Su presencia y de Su Palabra, para que así podamos vivir bienaventurados. Una vida junto a corrientes de aguas, bebiendo de la fuente inagotable de Su Espíritu, conociendo la voluntad y la bendición de Dios.

Oremos: Espíritu Santo, enséñame a vivir en comunión y total consagración a Dios. Ayúdame a vivir bajo los principios divinos que me hagan vivir una vida bienaventurada.

Por Diana Hernández

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