La vida devocional de una Princesa Guerrera


Toda mujer cristiana debería tener un tiempo devocional, un momento especial al comenzar o al terminar el día… Un tiempo para apartarse de todas sus actividades e inclinar su corazón en busca del rostro del Señor. Un tiempo para leer la Palabra y orar; para escuchar la voz de Dios y elevar su voz hacia Él. Un tiempo para fortalecerse en la fe y meditar en los hechos maravillosos del Señor. Un tiempo de reflexión y autoevaluación a la luz de las Sagradas Escrituras.
No hay una regla universal para hacer un devocional, ni una formula específica que debamos copiar al pie de la letra; se trata de deleitarnos en pasar tiempos de refrigerio con el Amado, se trata de pasar tiempo con Dios.
No todas tenemos las mismas rutinas diarias, ni realizamos las mismas actividades. Existen mujeres casadas, solteras, viudas, divorciadas, con hijos, sin hijos, amas de casa, muchas salen por más de 8 horas a trabajar, en fin, las cosas no son iguales para todas. Pero si podemos apartar un tiempo especial para inclinar nuestro corazón a la lectura y la meditación en la Palabra de Dios.
Para tener un devocional edificante solo debemos acercarnos con fe. Tenemos acceso, por medio de Jesús, al trono de la gracia. Jesús abrió el camino al Padre, contamos con el Espíritu Santo que mora en nosotras para ayudarnos y guiarnos a toda verdad. 
Quiero compartirte algunos principios que te serán de bendición para tu vida devocional, para esos tiempos de refrigerio con el Amado:
1.     Para escuchar la voz de Dios debes centrarte en Su Palabra.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2Timoteo 3:16-17
Él la inspiró para hablarnos a través de ella, mostrarnos Su carácter y Su plan de Salvación; para revelarnos a Su Hijo y Su voluntad para nuestras vidas.
Muchas mujeres anhelan escuchar la voz de Dios, pero pocas abren sus Biblias. Prefieren escuchar por boca de otros cómo es Dios y que debemos hacer para agradarle.
Amada, no hay mayor bendición que poder abrir nuestras propias Biblias y pedirle al Señor que nos enseñe, nos redarguya, nos corrija, nos instruya y nos prepare para toda buena obra, para ser unas verdaderas siervas, princesas guerreras de Cristo y embajadoras del Reino, ancladas en Su Palabra y verdad.

2.     El tiempo de lectura debe ir acompañado de oración.
Orar antes de comenzar la lectura es muy importante. Debemos pedir ayuda al Espíritu Santo que nos guía a toda verdad, para no interpretar las Escrituras a nuestra manera o conveniencia. Y orar luego de leerla y meditar es esencial. Agradecer al Señor por lo que te ha revelado y pedirle ayuda y dirección para poner en obra Sus principios y preceptos. Que la Palabra se haga viva en tu vida y que puedas dar frutos que glorifiquen el nombre del Señor. 

3.     No dejar de hacerlo.
Se constante, no descuides tu tiempo con el Amado. Siempre experimentaremos luchas, incluso con nuestra propia carne, que es débil y se resiste a lo espiritual. Recuerda que el espíritu y la carne viven en una lucha constante. ¡Esfuérzate! Nuestra necesidad de Dios es mucho mayor que la necesidad de agua y alimento. Solo en Su Palabra encontramos el alimento y las vitaminas espirituales necesarias para fortalecer nuestro ser.
Nuestro Amado Jesús nos dejó este ejemplo: Él oraba “muy de mañana” (Mr. 1:35), “toda la noche” (Lc. 6:12), y por la tarde hasta el anochecer (Mr. 6: 46-47).  No se trata de una hora específica o de una cantidad de veces al día, se trata de darle valor e importancia a la idea de pasar continuamente tiempo con el Señor. Si Jesús lo necesitó, cuánto más nosotras.

La vida devocional de una princesa guerrera es una constante búsqueda del Señor en oración y meditación en Su Palabra. Es una vida en total dependencia de Su guía.

Diana.

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