Lluvia de gracia

FEBRERO 24

“Y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán”.
Ezequiel 34:26.

AQUÍ hay una misericordia soberana: “Yo haré descender la lluvia en su tiempo”. ¿No es esta una misericordia soberana y divina? Pues, ¿quién puede decir “haré descender la lluvia” sino sólo Dios?
Hay una sola voz que puede hablar a las nubes y ordenarles que den lluvia. ¿Quién envía sobre la tierra la lluvia? ¿Quién la esparce sobre la hierba? ¿No soy yo, dice el Señor? De modo que la gracia es don de Dios, y, por lo tanto, no tiene que ser creada por el hombre. Además es ésta una gracia que necesitamos. ¿Qué haría la tierra sin la lluvia? Puedes arar, sembrar tu simiente, pero ¿qué puedes hacer sin la lluvia? De la misma manera nos es absolutamente necesaria la bendición divina. Hasta que Dios no te conceda la lluvia abundante y te envíe la salvación trabajas en vano.
Además esa gracia es abundante. “Haré descender la lluvia”. No dice: “Les enviaré gotas”, sino "lluvias”. Así pasa con la gracia. Si Dios da una bendición, la da por lo regular en tal medida que no
hay suficiente sitio para recibirla. ¡Gracia abundante! Nosotras necesitamos gracia abundante para conservarnos humildes, para ser afectas a la oración y para ser santas: tenemos necesidad de gracia abundante para ser celosas, para preservarnos del mal en el curso de esta vida y, por fin, para ser llevadas al cielo. No podemos estar sin ser empapadas con las lluvias de la gracia. Esta gracia es también una gracia oportuna. “Haré descender la lluvia en su tiempo. ¿Qué tiempo es el de esta mañana para ti? ¿Es el de la seca? Entonces este es el tiempo para las lluvias. “Como tus días será tu fortaleza”. Hay, por fin, aquí una bendición variada: “Lluvias de bendición serán”. La palabra está en plural. Dios enviará toda clase de bendiciones. Todas las bendiciones de Dios van juntas
como los eslabones de una cadena de oro. Si él da la gracia que convierte, dará también la gracia
que consuela. El enviará “lluvias de bendiciones”. Mira hoy arriba, oh planta mustia, y abre tus hojas y tus flores para recibir una lluvia celestial.

Apoyada en Cristo

FEBRERO 25

“La ira que vendrá”. Mateo 3:7

ES agradable pasar por un campo después de una tormenta, es grato aspirar la frescura de las hierbas después de cesar la lluvia y es placentero mirar las gotas de agua cuando relucen como diamante purísimo a la luz del sol. Es esa la posición de un cristiano. Peregrina por una tierra en la que la tormenta se descargó sobre la cabeza de su Salvador, y si aun caen algunas gotas de aflicción, esas gotas proceden de las nubes de la misericordia, y Jesús lo conforta con la seguridad de que ellas no son para su destrucción. Pero, cuán terrible es presenciar el espantoso avance de un huracán –como ocurre algunas veces en los trópicos- y aguardar en terrible temor hasta que el viento se precipita con furia desarraigando árboles, derribando las rocas de sus pedestales y tirando abajo
toda habitación. Y sin embargo, pecador, esta es tu posición presente. Todavía no cayó ninguna gota caliente, pero una verdadera lluvia de fuego se acerca. Ningún viento furioso sopla aun en derredor nuestro, pero hay una tempestad divina que está reuniendo toda su espantosa artillería. Las aguas inundantes están hasta ahora retenidas por la misericordia, pero pronto serán sueltas. Los rayos de Dios aun están en sus depósitos, pero, ¡ay!, la tempestad se avecina y ¡cuán espantoso será aquel momento cuando Dios, vestido de venganza, marchará con furor! ¿Dónde, dónde, dónde, oh pecador, esconderás tu cabeza o adónde huirás? ¡Oh que la mano de la misericordia te guíe ahora a Cristo! En el Evangelio, Cristo se te presenta gratuitamente. Su costado herido es la roca de protección. Tú sabes que necesitas de él. Cree en él, apóyate en él, y entonces la furia pasará para siempre a otro lado.


Dios no te desamparará


FEBRERO 23

“No te dejaré”. Hebreos 13:5.

NINGUNA promesa es de particular interpretación. Cualquier cosa que Dios haya dicho a algunos De sus santos la dice a todos. Cuando abre una fuente para uno, lo hace para que beban otros.

Cuando abre la puerta de algún granero para dar alimento, aunque la causa de ese acto sea un solo hambriento, todos los creyentes sin distinción pueden venir y alimentarse.

Aunque originalmente Dios haya dado la palabra de promesa a Abraham o a Moisés, ahora te la da también a ti, como componente de la simiente del pacto.

No hay bendición que sea demasiado elevada para ti, ni merced que sea demasiado grande. Levanta ahora tus ojos, mira al Norte y al Sud, al Este y al Oeste, porque todo es tuyo.

Sube a la cumbre del Pisga y mira el último límite de la promesa divina, porque la tierra es toda tuya. No hay un arroyo de aguas vivas del cual no puedas beber. Si la tierra fluye leche y miel, come la miel y bebe la leche, porque ambas cosas son tuyas.

Sé osada para creer, pues él ha dicho: “No te desampararé ni te dejaré”. En esta promesa Dios da a su pueblo todas las cosas. “Yo no te dejaré”. Ningún atributo de Dios dejará de ser empleado para nuestro bien.

¿Dios es poderoso? Entonces manifestará su poder en bien de los que en él confían. ¿Es amor? Entonces con amor desinteresado tendrá misericordia de nosotros.

Cualquier atributo que forme parte del carácter de la deidad, será empleado en tu favor. En resumen: No hay nada que puedas desear, no hay nada que puedas solicitar; nada que haya en este mundo o en el venidero; nada que haya en el momento presente ni en la mañana de la resurrección, y, por fin, nada que haya en el cielo, que no esté contenido en este texto. “No te desampararé ni te dejaré”.

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon 📝

Una fortaleza real

FEBRERO 22

"Y su arco quedó en fortaleza y los brazos de sus manos se corroboraron por las manos del Fuerte de Jacob". Génesis 49:24.

LA fortaleza que Dios da a sus hijos es una fortaleza real. No es una fortaleza jactanciosa, una ficción, una cosa de la que los hombres hablan pero que termina en humo. Es más bien una fortaleza verdadera y divina. 

¿Por qué José resistió a la tentación? Porque Dios lo ayudó.

 No hay nada que podamos hacer sin el poder de Dios. Toda fortaleza verdadera viene del "Fuerte de Jacob". Aquí se representa a Dios como si pusiera sus manos sobre las manos de José y colocara sus brazos sobre los brazos del mismo José.

 Como un padre enseña a sus hijos, así el Señor enseña a los que le temen. El pone sus brazos sobre ellos. ¡Maravillosa condescendencia! El Dios todopoderoso, eterno y omnipotente se inclina desde un trono y pone su mano sobre la mano del hijo, extendiendo su brazo sobre el brazo de José, para que pueda ser fuerte. 

Esta fortaleza era además una fortaleza del pacto, pues se atribuye al "Fuerte de Jacob". Ahora bien, en cualquier lugar de la Biblia donde leas acerca del Dios de Jacob, tienes que recordar el pacto que Dios hizo con él. Todo el poder, toda la gracia, todas las bendiciones, todas las mercedes, todos los consuelos, todas las cosas que tenemos, proceden para nosotros del gran manantial y por medio del pacto. Si no hubiera pacto tendríamos 
que perecer indefectiblemente, pues todas la bendiciones proceden de él como la luz y el calor vienen del sol. Ningún ángel asciende o desciende por otra parte que no sea la escala que vió Jacob, en cuya cabeza está colocado un pacto de Dios. 

Amada, puede ser que los arqueros te hayan atormentado seriamente y te hayan tirado y herido, pero tu arco aun queda en fortaleza. Atribuye, pues a Dios sin dudar, toda la gloria. 

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon..


Dios de mi consolación

FEBRERO 20

"Dios, que consuela a los humildes". 2 Corintios 7:6.

¿Y quién consuela como él? Ves a alguna melancólica y angustiada hija de Dios; comunícale dulces
promesas y pon en sus oídos selectas palabras de consuelo; y será ante ellas como una serpiente sorda que no responde a la voz del encantador, aunque éste trate de encantarla más sutilmente que nunca. Ella está bebiendo ajenjo y hiel. Trata de consolarla como quieras, lo único que conseguirás será una o dos notas de lastimera resignación.

No lograrás sacar de ella ningún salmo de alabanza, ninguna aleluya y ningún soneto de gozo. Pero deja que se le acerque Dios y le levante el rostro, y entonces los ojos de ella brillarán de esperanza. ¿No la oyes cantar?: "Si tú estás aquí esto es un paraíso; si te vas, es un infierno".

Tú no pudiste algrarla, pero el Señor lo ha hecho. "El es el Dios de toda consolación". No hay bálsamo en Galaad, pero sí lo hay en Dios. No hay médico entre las criaturas, pero el Creador es Jehová-rapha'.

¡Es maravilloso ver cómo una palabra de Dios hace cantar a sus hijos! Una palabra de Dios es igual a un pedazo de oro; el crreyente es el batidor de ese oro, y puede machacar esa palabra de promesa por semanas enteras.

Siendo así, amada, no necesitas echarte a la desesperación. Ve al Consolador y pídele que te dé consolación.

Si te sientes como un pobre pozo seco. Has oído decir que cuando una bomba se seca, debes, ante todo, echarle agua, y entonces ella a su vez te dará agua. Y así, amada, cuando te sientas seca, ve a Dios, pídele que derrame en tu corazón abundante gozo, y entonces tu gozo será cumplido.

No vayas a los amigos terrenales, porque, después de todo, hallarás en ellos a los consoladores de Job; pero ve primero y
ante todo a tu "Dios, que consuela a los humildes", y pronto dirás: "En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegran mi alma".



Busca a Cristo en tu corazón


ENERO 19

"Busquélo y no lo hallé". Cant. 3:1.

DIME dónde perdiste a Cristo y yo te mostraré el lugar más probable dónde hallarlo. ¿Lo has perdido en tu cámara secreta, por descuidar la oración? Si así es, allí debes buscar y hallarlo. ¿Lo perdiste a causa del pecado? Entonces sólo lo hallarás abandonando el mal y tratando de mortificar, con la ayuda del Espíritu Santo, los miembros en los cuales reside la concupiscencia. ¿Lo perdiste por ser negligente en el estudio de las Escrituras? Entonces debes buscarlo allí. Dice un proverbio: "Busca la cosa perdida en el lugar donde se te cayó, pues allí está". Así, pues, busca a Cristo en donde lo perdiste, pues él no se fue.
Pero retroceder en busca de Cristo es pesada labor. Bunyan nos cuenta que el peregrino consideró el camino desandado hacia el cenador, donde había perdido el rollo, el más duro de todos los que había andado. Es más fácil andar veinte kilómetros hacia adelante, que desandar uno en busca del testimonio perdido.

_Procura, pues, al hallar al Maestro, estar estrechamente unido a él. Pero, ¿cómo es que lo has perdido?_

Cualquiera hubiese pensado que tú jamás te separarías de tan precioso
amigo, cuya presencia es tan dulce, cuyas palabras son tan consoladoras y cuya compañía es tan
querida. ¿Cómo es que no lo miraste continuamente por temor de perderlo de vista? Sin embargo, ya que lo dejaste ir, es una bendición que ahora lo estés buscando, aunque gimas tristemente, diciendo: "¡Oh, si supiese dónde hallarlo!" Sigue buscándole, pues es peligroso estar sin el Señor.

Sin Cristo eres igual a una oveja sin pastor; igual a un árbol sin agua; igual a una hoja marchita en la tempestad, no unida al árbol de la vida. Búscalo con corazón íntegro y lo hallarás. Entrégate a una búsqueda insistente, y, sin duda, lo hallarás para tu gozo y contentamiento.


FEBRERO 17

"Y habitó Isaac junto al pozo del Viviente que me ve". Gén. 25:11.

ALLÍ Agar fue librada una vez de su prueba, e Ismael bebió de las aguas que tan benignamente le 
mostró el Dios que vive y que ve a los hijos de los hombres. Pero esta era meramente una visita 
casual, como las que hacen los mundanos al Señor en tiempo de necesidad y para su propio 
provecho. Claman a él en la aflicción pero lo olvidan en la prosperidad. Isaac, en cambio, habitó allí, y el pozo del Dios que vive y que todo lo ve, fue su constante fuente de provisión. 

El tenor habitual de la vida del hombre y el lugar donde su alma constantemente habita, constituyen la verdadera piedra de toque de su estado espiritual. La gracia providencial experimentada por Agar impresionó la mente de Isaac y lo condujo a reverenciar aquel lugar. Su nombre místico ganó su cariño. Las frecuentes meditaciones que Isaac tuvo sobre el borde de este pozo, a la hora de la tarde, hicieron que él se familiarizara con este lugar. 
El encuentro que en ese lugar había tenido con Rebeca hizo que su espíritu se sintiese cómodo allí. 

Pero fue especialmente el hecho de haber gozado allí de íntima comunión con el Dios viviente lo que hizo que Isaac eligiese ese lugar santificado como habitación suya. Aprendamos a vivir en la presencia del Dios vivo. Oremos para que en este día y en todos los días podamos experimentar esta verdad: "Tú eres el Dios de la Vista". 

Que el Señor sea para nosotros como un pozo delicioso, confortante, seguro, que salte para vida eterna. Las botellas de las criaturas se rompen y se secan, pero el pozo del Creador nunca falla. ¡Feliz es el que habita junto al pozo y así tiene a mano abundantes y continuas provisiones! 

El Señor ha sido a otros un constante ayudador; su nombre es Shaddai, Dios todopoderoso. Nuestros corazones han tenido frecuentemente muy deliciosas 
relaciones con él. Por intermedio del Padre nuestras almas hallaron al glorioso esposo, el Señor Jesús. Permanezcamos, pues, en estrecha comunión con él. 

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon 📖




Aprendiendo a contentarnos

FEBRERO 16

"He aprendido a contentarme con lo que tengo". Filip. 4:11.

ESTAS palabras nos demuestran que el contentamiento no es, en el hombre, una inclinación
natural. "La mala hierba crece pronto". La codicia, el descontento y la murmuración son en el hombre tan naturales como lo son las espinas en el campo.

No necesitamos sembrarvespinas y cardos; crecen solos en buena cantidad, pues la tierra los produce en todas partes. No necesitamos
enseñar a los hombres a que se lamenten; ya se lamentan bastante sin enseñanza alguna. Pero las cosas preciosas de la tierra tienen que ser cultivadas.

Si queremos trigo, tenemos que arar y sembrarlo. Si queremos flores tenemos que tener un jardín y contar con los cuidados de un jardinero. Ahora bien, el contentamiento es una de las flores del cielo, y si queremos tenerlo, tenemos que cultivarlo; no crecerá en nosotras por sí solo.

Sólo la nueva naturaleza puede producirlo, y aun entonces tenemos que mostrarnos muy cuidadosas y vigilantes en mantener y cultivar la gracia que Dios haya sembrado en nosotras.

Pablo dice: "Yo he aprendido... a contentarme", por lo que nos da a entender que hubo un tiempo cuando no lo sabía. Sin duda le costó bastante alcanzar a comprender el misterio de esta gran verdad. Quizás a veces pensaba que lo había aprendido, pero luego cayó otra vez. Cuando al fin lo alcanzó, pudo decir: "He aprendido a contentarme con lo que tengo". En ese entonces ya era anciano, hombre canoso; estaba al borde de la sepultura, estaba pasando en Roma, en la cárcel de Nerón, sus últimos días terrenales.

Si podemos alcanzar la graduación espiritual de Pablo, muy bien podremos soportar las enfermedades de Pablo y participar con él de la fría cárcel.

Amada, no des lugar a la idea de que puedes estar contenta sin aprender, y aprender sin disciplina. No es ésta una virtud que se puede ejercer por naturaleza; debemos aprenderla gradualmente como una ciencia. Sabemos esto por experiencia.

Hermana, detén esa murmuración, aun cuando es natural, y prosigue como diligente alumna en la escuela del contentamiento.

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon.



Vivir para dar gloria a Jesús

FEBRERO 15

"A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad". 2 Pedro 3:18.

LOS cielos serán colmados con las incesantes alabanzas de Jesús. ¡Eternidad!, tus incontables años apresurarán su curso eterno, pero por los siglos de los siglos "a él sea gloria".

¿No es Jesús sacerdote eterno según el orden de Melquisedec? "A él sea gloria".

¿No es él rey eterno, Rey de reyes y Señor de los señores, Padre eterno? "A él sea gloria hasta el día de la eternidad".

Nunca cesarán sus alabanzas. Lo que fue comprado con sangre merece durar el tiempo que dura la eternidad. La gloria de la cruz nunca debe ser eclipsada. El brillo de la tumba y de la resurrección nunca tienen que ser empañados.

¡Oh Jesús!, tú serás alabado siempre. Tanto como viven los espíritus inmortales, tanto como perdura el trono de Dios, por siempre y para siempre a él sea gloria.

Amada, cuando tributas gloria a Jesús, estás anticipando el tiempo cuando te reunirás con los santos en el cielo. Pero, ¿lo estás glorificando ahora? Las palabras del apóstol son éstas: "A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad". ¿No deseas hacer tuya hoy esta oración?: "Señor, ayúdame a glorificarte. Soy pobre, ayúdame a glorificarte conformándome con lo que tengo; estoy enferma, ayúdame a honrarte por medio de la paciencia; tengo talentos, ayúdame a ensalzarte
usándolos para ti; dispongo de tiempo, ayúdame, Señor, a redimirlo a fin de que pueda servirte; tengo un corazón para sentir, permite, Señor, que este corazón no sienta otro amor que el tuyo y no se inflame con otra llama que la del amor a ti; tengo una mente para pensar, ayúdame, Señor, a pensar en ti y por ti. Tú me has puesto en este mundo con un propósito, muéstrame, Señor, cuál es ese propósito y ayúdame a cumplirlo. Yo no puedo hacer mucho, pero como la viuda puso las dos blancas, que constituían todo su haber, así Señor, yo pongo mi tiempo y eternidad en tu tesorería. Soy toda tuya; tómame y capacítame para glorificarte ahora en todo lo que digo, hago y tengo".



NO TE PREOCUPES

✨🙌🏻 ..."no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud." (Lucas 12:29) Ya que la preocupación de nada nos sirve y no puede solucionar o satisfacer nuestras necesidades.

La preocupación es una  actitud necia del corazón, es dudar de la capacidad que tiene nuestro Dios y Creador del universo de saber y dar respuesta a lo que estamos necesitando.

La preocupación puede enfermarnos, llevarnos a niveles de estrés, angustia y desesperación,  puede llevarnos al colapso.

Y... ¿cómo evitamos preocuparnos? 🤷🏻‍♀️  Ups! Sobre todo cuando hay gastos que cubrir, trabajos y planificaciones que cumplir.🤦🏻‍♀️

Valiente, *solo la fe* puede liberarnos de la ansiedad que causa el preocuparnos por los asuntos de este mundo. 🙌🏻Entonces, en lugar de preocuparnos debemos ocuparnos en llenarnos de fe. ✨

Ocuparnos en poner nuestra mirada en Jesús, quién es el autor y consumador de la fe.

Ocuparnos en buscar Su presencia cada día y descansar a Sus pies.

Ocuparnos en convertir el Reino de Dios en nuestra preocupación primaria, dándole a Jesús el lugar de Rey y Señor de nuestras vidas.

Ocuparnos en creer que Dios tiene el control total de cada aspecto de nuestra vida, trabajo, planes, relaciones... Y que como nuestro Señor y Creador , a Él le interesa ayudarnos. Él desea y se ocupa en satisfacer nuestras necesidades.

"Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de éstas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios, y todas estas cosas serán añadidas." Lucas 12:30-31

¡Vamos, valiente de Cristo! A ocuparnos en crecer en la fe en lugar de preocuparnos por las cosas que se escapan de nuestro control, pero que jamás salen del control de nuestro Poderoso y Sabio Dios. 🙌🏻✨💪🏻

¡Dios te bendiga!
Con amor,
Diana👑
@soyunaprincesaguerrera




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Perteneciendo a Cristo

ENERO 12

"Vosotros sois de Cristo". 1 Corintios 3:23.

"VOSOTROS sois de Cristo". Tú eres suya por donación, pues Dios te entregó a su Hijo; suya por compra de sangre, pues él pagó tu redención; suya por dedicación, pues te ha consagrado para él; suya por relación, pues llevas su nombre y eres una de sus hermanos y coherederos. Esfuérzate por mostrar al mundo que eres la sierva, la amiga y la esposa de Jesús.

Cuando te sientas tentada a pecar, di: "Yo no puedo cometer esta horrenda maldad, pues yo soy de Cristo". Principios que reputamos inmortales prohíben pecar al que es amigo de Cristo.

Cuando delante tuyo haya riquezas que puedan ganarse ilegalmente, di que eres de Cristo y no las toques.

¿Estás expuesta a dificultades y daños? Permanece firme en el día malo, recordando que tú eres de Cristo.

¿Estás colocada donde otros se sientan ociosos y no hacen nada? ¡Levántate a trabajar con todas tus fuerzas! Y cuando el sudor aparezca en tu frente y te sientas tentada a haraganear, grita: "No, yo no puedo detenerme, pues yo soy de Cristo. Si yo no fuese comprada con sangre, podría, a semejanza de Isaac, "recostarme entre las majadas", pero yo soy de Cristo y no puedo haraganear".

Cuando la música de la sirena del placer quiera tentarte para apartarte de la senda recta, contesta: "Tu música no puede fascinarme, pues yo soy de Cristo".

Cuando la causa de Dios te llame, conságrate a ella; cuando el pobre te pida, dale tus bienes y date a ti misma, pues tú eres de Cristo.

Nunca desmientas tu profesión. Sé siempre una de aquellas cuyas maneras son cristianas, cuya palabra es igual a la del Nazareno, cuya conducta y conversación tienen tanta fragancia de cielo que todos los que te vean digan que tú eres del Salvador y reconozcan en ti sus facciones de amor y su semblante de santidad.

"Yo soy romano", era el antiguo motivo para vivir íntegramente. Con mayor razón, pues, sea "Yo soy de Cristo" tu argumento para vivir en santidad.



Vivir de tal manera...


FEBRERO 11

"Y los conocían que habían estado con Jesús". Hechos 4:13.

UNA mujer cristiana debe ser un fiel retrato del Hijo de Dios. Tú habrás leído biografías de Jesús correcta y elocuentemente escritas, pero la mejor biografía de Cristo es la biografía viviente, grabada en las palabras y en los hechos de su pueblo.

Si fuéramos lo que profesamos ser, seríamos retratos de Cristo; si, seríamos tan semejantes a Jesús que el mundo no diría (después de haber estado con nosotros largo tiempo): "Si... algo se parece..." sino, al vernos, exclamaría inmediatamente: "Esta ha
estado con Jesús, ha sido enseñada por él, es semejante a él, ha comprendido el pensamiento del santo Hombre de Nazareth y lo pone en práctica en su vida y en las acciones de cada día".

Como cristiana debo asemejarme a Cristo en su intrepidez. Amada, nunca te avergüences de tu religión, pues ella nunca será para ti un motivo de oprobio. Hónrala siempre con una vida ejemplar. Sé semejante a Jesús: muy valiente en favor de tu Dios. Imítalo en su benignidad. Piensa, habla y obra
afectuosamente, para que los hombres puedan decir de ti: "Ella ha estado con Jesús".

Imítalo en su santidad. ¿Se mostró Jesús celoso por su Dios? Muéstrate tú también; busca siempre de hacer lo bueno. No desperdicies el tiempo, que es muy precioso. ¿Se negó Jesús a sí mismo, no mirando nunca su propio interés? Sé tú igual. ¿Fue piadoso? Sé entonces ferviente en tus oraciones. ¿Se sometió él a la voluntad de su Padre? Sométete tú también. ¿Fue paciente? Aprende tú también a soportar; y sobre todo, aprende como el más acabado retrato de Jesús, a perdonar a tus enemigos como lo hizo él, y haz que las palabras de tu Maestro "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", resuenen siempre en tus oídos. Perdona como esperas ser perdonada. Amontona carbones de fuego sobre la cabeza de tu enemigo, mostrándote bondadosa. Recuerda que hacer bien por mal es asemejarse a Dios. Sé semejante a Dios, pues, y en todos los caminos y por todos los medios, vive de tal manera que todos puedan decir de ti: "Ella ha estado con Jesús".




Satisfechas...

FEBRERO 10

"Sé tener abundancia". Filipenses 4:12

HAY muchos que "saben estar humillados", pero que no han aprendido cómo "tener abundancia". Cuando son colocados en la cima de una montaña se marean y caen inmediatamente. El cristiano deshonra más a menudo su profesión en la prosperidad que en adversidad. Es peligroso ser
próspero.

El crisol de la adversidad es una prueba menos severa para el creyente que el refinamiento de la prosperidad. ¡Cuánta debilidad de alma y cuánto descuido de las cosas espirituales nos han venido a través de las mercedes y de las abundancias de Dios! Sin embargo, no debe necesariamente ser así, pues el apóstol nos dice que él sabe cómo tener abundancia. Cuando tenía mucho, sabía cómo usarlo. La gracia abundante lo capacitaba para poseer abundante prosperidad.

Cuando su barco iba viento en popa, lo cargaba con mucho lastre, y así flotaba con seguridad. Se necesita más que habilidad humana para llevar la rebosante copa de gozo mortal con mano firme.

Sin embargo, el apóstol había aprendido aquel arte, pues dice: "En todo y por todo estoy enseñado así para hartura como para hambre".

*Saber cómo estar datisfechas es algo que solo Dios puede enseñarnos.*

Los israelitas estuvieron hartos una vez, pero estando aun la carne en sus bocas, la ira de Dios vino sobre ellos. Muchos han pedido bendiciones sólo con el fin de satisfacer la codicia de sus propios corazones.

La abundancia de pan ha producido frecuentemente abundancia de sangre, y eso trajo como consecuencia desenfreno de espíritu. Cuando tenemos mucho de las mercedes providenciales de Dios, acontece frecuentemente que tenemos poco de la gracia de Dios, y sentimos poca gratitud por las abundancias que recibimos. Estamos satisfechas y nos olvidamos de Dios; estamos satisfechas con las cosas terrenales y nos resignamos a dejar de lado el cielo. Estemos seguras de que es más difícil saber cómo estar hartos que aprender a sufrir hambre.

Es terrible la tendencia de la naturaleza humana al orgullo y al olvido de Dios. Pidamos en nuestras oraciones que Dios te enseñe "cómo estar satisfechas".

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon 📝✨



Buscaré tu guía, Señor. No daré un paso sin Ti.


FEBRERO 9

Buscaré tú guía, Señor.
No daré un paso sin Ti.

"Y consultó David a Jehová". 2 Samuel 5:23.

CUANDO David hizo esta consulta acababa de luchar con los filisteos y de obtener una segura victoria. Los filisteos subieron en gran número, pero, por la ayuda de Dios, David los puso en fuga fácilmente. Notemos, sin embargo, que cuando los filisteos vinieron por segunda vez, David no les salió al encuentro antes de consultar a Jehová. Como había salido victorioso una vez, podía haber dicho, como lo han hecho muchos en otros casos: "Saldré victorioso otra vez: puedo
estar seguro de que si he conquistado una vez, triunfaré aun otra vez.

¿Por qué, pues, esperar para consultar al Señor?" David no procedió así. Ganó una batalla por el poder del Señor; pero no se aventurará en otra hasta asegurarse el mismo poder. El preguntó al Señor: "¿Iré contra ellos?", y esperó hasta que la señal de Dios le fue dada.

*Aprendamos de David a no dar ningún paso sin Dios.*

Amada, si quieres conocer la senda del deber, ten a Dios por brújula; si deseas dirigir tu barco a través de las imponentes olas, por el timón en las manos del Todopoderoso. Muchas rocas podrían ser esquivadas si permitiésemos que nuestro Padre gobierne el timón; muchos bancos de arena podrían ser evitados si dejáramos a su soberana voluntad escoger y mandar.

Debemos darnos cuenta de que la providencia de Dios nos guía; y si la providencia tarda, esperemos hasta que la providencia llegue. El que se antepone a la providencia, se sentirá gozoso si vuelve otra vez al lugar de partida. "Te enseñaré el camino en que debes andar", es la promesa que Dios hace a su pueblo.

Llevemos a él todas nuestras perplejidades y digámosle: "Señor, ¿qué quieres que haga?" No dejes tu casa esta mañana sin inquirir primero la voluntad del Señor.


Cuán hermoso es el nombre de Jesús

FEBRERO 8


"Llamarás su nombre Jesús". Mateo 1:21.

CUANDO una persona es querida, cualquiera cosa que tiene que ver con ella se hace querida por su causa. Así, tan preciosa es la persona del Señor Jesús en el concepto de todos los creyentes, que cada una de las cosas tocante a él, la consideran de inestimable valor. "Mirra, áloes y casia exhalan todos sus vestidos", dice David, como si los vestidos mismos del Salvador fueran tan embalsamados por su persona que él no podría sino amarlos. En verdad, no hay lugar que aquellos santificados pies hayan pisado, no hay palabra que aquellos benditos labios hayan expresado, no hay siquiera un pensamiento que su amorosa Palabra haya revelado que no nos sea precioso más allá de toda ponderación. Y esto es también verdadero en cuanto a los nombres de Cristo: son todos dulces en los oídos del creyente. Ya se le llame el esposo de la iglesia, su novio, o su amigo; ya se le designe
como el Cordero inmolado desde la fundación del mundo, el rey, el profeta o el sacerdote, cada uno de los títulos de nuestro Maestro: Shiloh, Emmanuel, Admirable, Dios Fuerte y Consejero, cada uno de sus nombres es igual al panal que destila miel cuyas gotas son deliciosas. Pero si para el oído del
creyente hay un nombre más dulce que otro, ese nombre es Jesús. ¡Jesús!, éste es el nombre que
hace que las arpas del cielo toquen armoniosamente. ¡Jesús!, la vida de todos nuestros goces. Si hay un nombre más fascinador que otro, más gracioso que otro, ese nombre es Jesús. Está entrelazado en la misma trama y urdimbre de nuestro himnario. Muchos de nuestros himnos empiezan con este nombre, y apenas habrá alguno que valga algo que termine sin él. Es la suma total de todos los deleites. Es la música con la cual las campanas del cielo tocan; un canto en una palabra: un océano por su significado, aunque una gota por su brevedad; un incomparable canto sagrado en dos sílabas; un resumen de las aleluyas de la eternidad en cinco letras.




Medita más en el cielo...

FEBRERO 7

"Levantaos y andad". Miqueas 2:10.

LA hora se aproxima cuando este mensaje vendrá a nosotras como viene a todos: "Levántate y sal del hogar en que habitas, de la ciudad en la cual has hecho tus negocios, del lado de tu familia y del
lado de tus amigos; levántate y emprende el último viaje".
¿Y qué conocemos nosotras de ese viaje? ¿Qué conocemos del país al que estamos destinadas? Algo conocemos, algo nos ha sido revelado por el Espíritu Santo, pero ¡cuán poco conocemos de los reinos del futuro! Sabemos que hay un
obscuro y tormentoso río llamado "muerte". Dios nos manda cruzarlo y nos promete estar con nosotras ¿Y qué viene después de la muerte? ¿Qué mundo de maravillas se presentará ante nuestra vista? ¿Qué escena de gloria se desplegará delante de nosotras? Ningún viajero ha vuelto de allá
para hacérnoslo saber. Pero, sin embargo, conocemos lo suficiente de la patria celestial, como para
responder con gozo y alegría a la invitación que se nos hace para ir allá. El viaje de la muerte puede
ser tenebroso, pero nosotras lo emprenderemos sin temor, sabiendo que Dios estará con nosotras cuando andemos en el valle de la sombra de la muerte; y, por lo tanto, no tendremos necesidad de temer mal alguno. Nos separaremos de todo lo que conocemos y amamos aquí, pero iremos a la casa de nuestro Padre, donde está Jesús, iremos a aquella "ciudad que tiene fundamentos, el artífice y hacedor de la cual es Dios". Esta será nuestra última separación para ir a habitar por siempre con aquel a quien amamos, para habitar en medio de su pueblo y en la presencia de Dios.
Amada, medita mucho en el cielo; esto te ayudará a seguir adelante y olvidar la fatiga del camino. Este valle de lágrimas no es otra cosa que el camino real que nos conduce a la patria mejor; este mundo no es sino el puente que nos lleva a un mundo de bienaventuranzas.



Dios escucha y responde nuestras oraciones

FEBRERO 6

"Orando en todo tiempo". Efesios 6:18.

¡QUÉ multitud de oraciones hemos elevado desde el primer momento en que aprendimos a orar!

Nuestra primera oración fue hecha en favor de nosotras mismas; pedimos a Dios que tuviera misericordia de nosotras y borrara nuestros pecados. El nos oyó. Cuando borró nuestros pecados, enseguida hicimos más oraciones en favor de nosotras.

Hemos tenido que orar por la gracia que santifica, por la gracia que impulsa a hacer lo bueno y por la que impide hacer lo malo.

Hemos sido guiadas a pedir una nueva certidumbre de fe, a implorar la consoladora aplicación de la promesa, a rogar que se nos librase de la hora de la tentación, a pedir ayuda para el cumplimiento del deber y socorro para el día de la prueba.

Hemos sido impulsadas a ir a Dios para bien de nuestras almas, pidiendo, como mendigos consuetudinarios, todo lo que necesitábamos. Da testimonio, hija de Dios, de que nunca pudiste conseguir en otra parte algo para tu alma.

Todo el pan que tu alma ha
comido, vino del cielo, y todo el agua que ha bebido, fluyó de la roca viva, que es Cristo Jesús el Señor. Tu alma nunca se ha enriquecido por sí misma; ha sido más bien una pensionista diaria de la bondad de Dios. De modo que tus oraciones han ascendido al cielo en una hilera de bondades casi infinitas.

Tus necesidades fueron innumerables, y en consecuencia las provisiones han sido infinitamente grandes. Tus oraciones han sido muy variadas y las mercedes recibidas, incontables.

En vista de esto, ¿no tienes motivo para decir "Amo al Señor porque él oyó la voz de mi ruego"? Pues así como nuestras oraciones fueron muchas, así también han sido muchas las respuestas de Dios. El te oyó en el día de la angustia; te fortaleció y te ayudó, aun cuando tú lo afrentaste por temblar y dudar en el propiciatorio. Recuerda esto y haz que tu corazón se llene de gratitud a Dios, que oyó con misericordia tus pobres y débiles oraciones.

"Bendice, alma mía, a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios".





Luz y tinieblas no tienen comunión

ENERO 5

"Y vio Dios que la luz era buena; y apartó Dios la luz de las tinieblas".
Gén. 1:4.

LA luz bien puede ser buena, pues emana de este mandato de bondad: "Sea la luz". Los que gozamos de esa luz debiéramos ser más agradecidos de lo que somos, y ver más de Dios en la luz y por la luz. Salomón dice que la luz natural es agradable, pero la luz del Evangelio es infinitamente más agradable, porque nos revela cosas eternas y ministra a nuestras naturalezas inmortales.

Cuando el Espíritu Santo nos da luz espiritual y abre nuestros ojos para contemplar la gloria de Dios en la faz de Jesucristo, vemos el pecado en sus colores reales y nos vemos a nosotros mismos en nuestra verdadera posición. Vemos al Santísimo Dios como se revela a sí mismo, vemos el plan de misericordia tal como él lo presenta y al mundo venidero tal como él lo describe. La luz espiritual
tiene muchos colores y destellos prismáticos, pero ya sean ellos conocimiento, gozo, santidad o vida eterna, todos son divinamente buenos. Si la luz recibida es tan buena, ¡qué será la luz en esencia, y cuán glorioso será el lugar donde él se revela a sí mismo! ¡Oh Señor, ya que la luz es tan buena, danos más luz, más de ti mismo, que eres la verdadera luz! En cuanto algo bueno viene al mundo en seguida es necesaria una división. La luz y las tinieblas no tienen comunión. Dios las ha dividido; no las confundamos , pues. Los hijos del día deben ser sobrios, honestos e intrépidos en la obra del Señor, dejando las obras de las tinieblas a aquellos que habitan por siempre en ellas.

Nuestras iglesias deben, por la disciplina, dividir la luz de las tinieblas, y cada uno particularmente, por su distinta separación del mundo, debe hacer lo mismo. Al juzgar, al obrar, al oír, al enseñar, debemos siempre discernir entre lo precioso y lo vil, y mantener la grande distinción que Dios hizo el primer día del mundo. ¡Oh Señor Jesús, sé tú nuestra luz en todos nuestros días, porque tu luz es la luz de los hombres!

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon

Leamos hoy: Hechos 8, Éxodo 5y6





Aquel que me amó y perdonó, no cesará de amarme.

ENERO 4

"El amor de Jehová". Oseas 3:1.

AMADA, echa una mirada retrospectiva a través de tu experiencia y recuerda el camino del desierto por el cual el Señor te guió. Considera cómo te ha alimentado y vestido todos los días, cómo soportó tu mala conducta, cómo sufrió tus murmuraciones y tus ansias por las ollas de Egipto, cómo abrió la roca para satisfacer tu sed y cómo te alimentó con el maná que descendió del cielo.
Piensa cómo su gracia te bastó en tus tribulaciones, cómo su sangre te limpió de todo pecado y cómo su vara y su cayado te infundieron aliento. Cuando hayas considerado el amor que Dios te tuvo en el pasado, procura entonces que la fe te haga ver el amor que te tendrá en el futuro, pues, recuerda, el pacto y la sangre de Cristo tienen en sí algo más que el pasado.

El que te amó y perdonó, nunca cesará de amar y perdonar. El es el alfa y será también la omega: el primero y el último. Por lo tanto, ten presente, que cuando pases por el valle de la sombra de la muerte, no tienes que temer mal alguno, porque él está contigo; cuando estés en las frías aguas del Jordán no tienes necesidad de temer, pues la muerte no te puede separar de su amor, y cuando entres en los misterios de la eternidad no tienes que temblar "pues estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles ni principados, ni potestades, ni lo presente ni lo porvenir, ni lo alto ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro".

Alma, ¿no reaviva esto tu amor? ¿No te induce a amar a Jesús? Un vuelo a través del ilimitado espacio del éter del amor, ¿no inflama tu corazón y te impulsa a deleitarte en el Señor tu Dios?

A medida que meditamos en "el amor de Jehová" nuestros corazones arden en nosotras y ansiamos amarlo más.

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon

Leamos hoy: Hechos 7, Éxodo 3y4



Todo se lo debo a Dios

FEBRERO 3

"Así que, hermanos, deudores somos". Rom. 8:12.

COMO criaturas de Dios todos somos deudores. Debemos pues, obedecerlo con todo nuestro cuerpo, con toda nuestra alma y con toda nuestra fuerza. Por haber quebrantado sus mandamientos, somos deudores a su justicia y le debemos una suma tan crecida que nos es imposible pagarla. Pero del cristiano se puede decir que no debe nada a la justicia de Dios, porque Cristo pagó la deuda de los suyos. Por esta razón el creyente debe amar más.

Soy deudor a la gracia de Dios, pero no a su justicia, pues él nunca me acusará de una deuda que ya ha sido pagada. Cristo dijo: "Consumado es", y con esto quiso decir que todo cuanto su pueblo debía, fue cancelado para siempre del libro del
recuerdo.

Cristo ha satisfecho enteramente la justicia divina; la cuenta quedó saldada, la cédula fue clavada en la cruz, el recibo fue entregado y nosotros no somos más deudores a la justicia de Dios.

Pero por el mismo hecho de que no somos deudores de nuestro Dios en ese sentido, hemos llegado a constituirnos en diez veces más deudores de él de lo que lo hubiéramos sido de otra manera.

Amada, detente y considera por un momento cuán deudor eres a la soberanía divina, cuánto debes a su desinteresado amor, pues él dió a su propio Hijo para que muriese por ti.

Considera cuánto debes a su gracia perdonadora que, aun después de diez mil afrentas, te ama tan infinitamente como siempre.

Considera lo que debes a su poder, cómo te levantó de la muerte del pecado, cómo te ha guardado de caer, cómo ha preservado tu vida espiritual y cómo -aunque diez mil enemigos cercaron tu camino- te hizo capaz de andar por él sin titubeos.

Considera lo que debes a su inmutabilidad. Aunque tú has cambiado diez mil veces, él no ha cambiado ni una vez.

Guerrera, estás muy endeudada con los atributos de Dios. Tú misma te debes a Dios y le debes todo lo que tienes; ríndete como un sacrificio vivo, pues éste es tu racional culto.

Leamos hoy: Hechos 6, Éxodo 1y2




Redimida del pecado por Su sangre

FEBRERO 2

"Sin derramamiento de sangre no se hace remisión". Heb. 9:22.

ESTA es la voz de la verdad inalterable. En ninguna de las ceremonias judías -aún típicamente consideradas- se hacía remisión de pecados sin derramamiento de sangre. En ningún caso y por ningún medio puede el pecado ser perdonado sin expiación. Es claro, entonces, que no haya esperanza para mí fuera de Cristo, pues no hay otro derramamiento de sangre que sea considerado como expiación por el pecado.

¿Estoy yo creyendo en él? ¿Es realmente aplicada a mi alma la sangre de su expiación?

En lo que respecta a la necesidad que tienen de Cristo, todos los hombres están en el mismo nivel. Por más morales, generosos, amantes y patriotas que seamos, esta regla no será alterada con el fin de hacer para nosotros una excepción.

El pecado no cede a nada que sea menos potente que la sangre de aquel a quien Dios envió como propiciación. ¡Qué bendición que haya un medio de perdón! ¿Por qué hemos de buscar otro?

Las personas que profesan una religión meramente formal, no se explican cómo podemos regocijarnos de que todos nuestros pecados han sido perdonados por Cristo. Sus obras, sus rezos y sus ceremonias les dan un consuelo muy pobre; bien pueden ellos estar tranquilos, pues están menospreciando la grande salvación y se empeñan en
conseguir sin sangre la remisión.

Alma mía, siéntate y contempla la justicia de Dios, que se ve obligada a castigar el pecado. Mira todo ese castigo infligido a tu Señor, y arrodíllate humildemente y besa los queridos pies de aquel que hizo expiación por ti.

No vale nada, cuando la conciencia está despierta, recurrir, para hallar consuelo, a sentimientos y evidencias; es éste un hábito que aprendimos en el Egipto de nuestra legal esclavitud. Lo único que puede restaurar a una conciencia convicta de pecado, es la visión de Cristo mientras sufre en la Cruz. "La sangre es la vida de ella", dice la ley levítica.

Amada, estemos seguras de que la sangre es la vida de la fe, del gozo y de cada una de las otras santas gracias.




Deja tus cargas al pie de la cruz

FEBRERO 1
#LecturasMatutinas

"Cantarán de los caminos de Jehová". Salmo 138:5

EL tiempo cuando los cristianos empiezan a "cantar de los caminos de Jehová" es cuando por primera vez sueltan su carga al pie de la cruz. Ni aun los cantos de los ángeles parecen tan dulces como el primer canto que brota de lo profundo del alma del hijo de Dios que ha sido perdonado. Tú recuerdas, sin duda, cómo Juan Bunyan describe esto. El dice que cuando el pobre peregrino dejó su carga al pie de la cruz, dio tres grandes saltos, y siguió su camino cantando: 

¡Bendita cruz! ¡Bendita sepultura! 
¡Y más bendito quien murió por mí! 

Amada, ¿recuerdas el día cuando cayeron tus cadenas? ¿Recuerdas el día cuando Jesús te halló y te dijo: "Con amor eterno te amé; yo deshice como a nube tus rebeliones y como a niebla tus pecados; ellos no serán nunca mencionados contra ti". ¡Oh, cuán dulce es el momento cuando Jesús quita el castigo del pecado! Cuando el Señor perdonó mis pecados, me sentí tan gozoso que apenas pude contener el deseo de saltar. Pensaba, mientras me dirigía a casa desde el lugar donde el Señor me había puesto en libertad, que era mi deber decir aun a las piedras de las calles la historia de mi liberación. Tan llena de gozo estaba mi alma, que deseaba manifestar a cada copo de nieve, que en ese momento caía del cielo, el admirable amor de Jesús, quien había borrado los pecados de uno de los principales rebeldes. Pero no sólo al principio de la vida cristiana tienen los creyentes motivos para cantar. En el curso de sus vidas hallarán nuevos motivos para cantar de los caminos del Señor, y la experiencia que tengan de él, les hará decir: "Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza será siempre en mi boca". No te olvides, guerrera, de magnificar hoy al Señor. 

Desde las Lecturas Matutinas de Spurgeon.



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