DEVOCIONAL FEBRERO 28

“De él es mi esperanza”. Salmo 62:5. USAR este lenguaje es privilegio del creyente. Si él está esperando algo del mundo, está esperando en vano. Pero si espera en Dios para que él supla sus necesidades, entonces tanto en las bendiciones materiales como en las espirituales, su esperanza no será en vano. Puede constantemente sacar fondos del banco de la fe y hacer que sus necesidades queden satisfechas por las riquezas de la bondad de Dios. Esto sé: que prefiero tener a Dios como mi banquero que a todos los multimillonarios. Mi Señor nunca falla en el cumplimiento de sus promesas; y cuando las llevamos ante su trono, nunca las devuelve sin cumplir. Por lo tanto, solamente ante su puerta aguardaré, pues siempre la abre con la mano de la generosa gracia. Lo probaré otra vez en esta ocasión. Pero nosotros tenemos también esperanzas para más allá de esta vida. Pronto moriremos, y entonces podremos decir: “De él es nuestra esperanza”. ¿No esperamos que cuando estemos en ...