DEVOCIONAL MARZO 10


En una relación con Cristo hay valores que nunca podremos encontrar en ningún lado. 
Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado. 2ª Timoteo 1:12 (NVI)
En los Evangelios leemos que Jesús alimentó a 5,000 personas hambrientas con sólo cinco panes y dos peces pequeños. En un momento dado, Jesús prueba a Felipe pidiéndole que alimente a la multitud. Felipe busca en su bolsillo algunas monedas, comprueba con el tesorero Judas y concluye: “no podemos hacerlo, no tenemos suficiente dinero.”

Supongamos que Jesús hubiera llamado a un ateo de entre la multitud y le hubiera dado el mismo reto. ¿Qué piensas que el ateo hubiera hecho? Probablemente buscaría en su bolsillo algunas monedas sueltas, consultaría con el tesorero Judas, y concluiría diciendo "no podemos hacer esto, no tenemos suficiente dinero." ¿Qué nos dice esto acerca de Felipe? ¡Que él era un cristiano profeso pero un ateo practicante!

El ingrediente que faltaba de la evaluación de Felipe de la situación era Dios. Felipe creía en Dios, pero se había convertido en un socio silencioso en su relación con Él. Si nuestras vidas cristianas y las actividades cristianas pudieran explicarse exclusivamente en términos puramente humanos, ¿entonces qué diferencia tenemos con nuestros vecinos? Felipe habría descubierto que estaba abierto a posibilidades divinas cuando estuviera abierto a soluciones divinas. Pero él no buscó soluciones divinas por lo tanto no pudo descubrir las posibilidades divinas. Se conformó con ser un ateo practicante.
¿Has reducido a Dios sólo a lo que es factible y manejable? ¿ Él, dónde es indispensable para tu vida?



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