_Lecturas Matutinas_
Abril 13
"Mi amado es para mí un manojito de mirra". Cantares 1:13
LA mirra bien puede ser elegida como la figura de Jesús por su preciosidad, su perfume, su gusto, sus cualidades con el sacrificio. Pero, ¿por qué se le compara a un "manojito" de mirra?
En primer lugar, por su abundancia. Jesús no es una ramita de mirra, sino un cesto lleno; no una simple flor sino un manojo. Hay en Cristo lo suficiente para todas mis necesidades; que no demore yo en valerme de él.
Nuestro bien amado es comparado además a un manojo, por su variedad. Hay en Cristo no sólo la "una cosa necesaria", sino que "en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente"; cada una de las cosas necesarias están en él.
Considera a Jesús en sus diferentes caracteres y verás una maravillosa variedad: Profeta, Sacerdote, Rey, Esposo, Amigo, Pastor.
Considéralo en su vida, en su muerte, en su resurrección, en su ascensión y en su segunda venida; míralo en su virtud, en su mansedumbre, en su negación de sí mismo, en su amor, en su debilidad, en su verdad, en su justicia; en cualquier cosa es un manojo de preciosidad.
Jesús es un manojo de mirra para preservación; no mirra suelta que cae al suelo o es pisoteada, sino mirra en manojo, para ser puesta en el estuche.
Debemos estimarlo como el mejor tesoro; debemos apreciar sus palabras y sus mandamientos, y por fin, debemos guardar, como bajo llave, los pensamientos y conocimientos que nos dió; no sea que el diablo nos robe algo.
Por otra parte, Jesús es un manojo de mirra, por su especialidad. El emblema sugiere la idea de gracia que distingue y discierne. Desde antes de la fundación del mundo, él fue apartado para su pueblo, y da su perfume sólo a los que entienden cómo entrar en comunión con él, para tener con él íntimas relaciones.
¡Oh, feliz la mujer que puede decir: "Mi amado es para mí un manojito de mirra!"
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