15-10-2020 Devocionales para Princesas Guerreras

*Serie:* _“Ciudadanas del Reino”_

*Cita Bíblica:* Mateo 5

*Versículo clave:* _“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”_ Mateo 5:3

La forma en la que Dios quiere que vivamos contradice a la del mundo. Él quiere que vivamos bajo los principios y valores de Su Reino, que no nos amoldemos a los patrones del sistema corrompido y pecaminoso de este mundo que se encuentra sumergido en tinieblas y maldad.

Los capítulos 5, 6 y 7 del Evangelio según S. Mateo registran la poderosa predicación de Jesús, donde Él enseñó a Sus discípulos y a la multitud; la manera en que deberían vivir los cristianos, los ciudadanos de Su Reino.

Los primeros versículos comienzan con la palabra “bienaventurados”, que ratifica un estado existente de alegría, dicha y bendición. Pero para que podamos vivir en ese estado de bendición permanente es necesario que se establezcan en nuestras vidas los principios de Dios.

Los primeros bienaventurados que Jesús nombra son los “pobres en espíritu”, y esto no tenía nada que ver con lo económico. Él se refería a aquellos que se sumergen a sí mismos en la gracia de Dios, que reconocen de forma personal su estado de quiebra espiritual, que nada pueden hacer fuera de Él. ¡Qué contradicción! Ser ciudadanas del Reino, hijas del Rey de reyes; y ser pobres en espíritu. Así son las cosas en el Reino de Dios, totalmente distintas a los patrones de este mundo.

Ser podres en espíritu es reconocer que estamos necesitadas, hambrientas de Dios, que amamos Su presencia, que tenemos insaciable sed de Su gloria, que dependemos de Su gracia por completo. Que no podemos cumplir con el llamado por nuestras propias fuerzas, que necesitamos la ayuda y la guía del Señor en todo. Que no somos capaces de experimentar gozo y felicidad por nuestra propia cuenta.

Isaías 66:2 dice: “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” Entonces, ser podres en espíritu es reverenciar con profunda humildad la Palabra de Dios para nuestras vidas, aplicarla y obedecerla, es ir en contra del mundo que nos insta a ser autosuficientes, a apoyarnos en nosotras mismas y a seguir lo que nos dicte el corazón.

En Mateo 18:3, el mismo Jesús nos da ejemplo de este principio usando la figura de un niño: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.” Un niño necesita de la guía y ayuda de un adulto para desarrollarse y crecer como persona. Lo mismo pasa con nosotras, es imposible que seamos verdaderamente ciudadanas del Reino sin la ayuda de Jesús, sin tenerlo como el Rey y Señor de nuestras vidas. Así como un niño desea y necesita pasar tiempo con sus padres, para sentirse seguro, amado, protegido, valorado; de la misma manera nosotras necesitamos la presencia de nuestro Dios cada día y en cada momento.

Necesitamos a Jesús como el Señor de nuestra vidas, necesitamos sujetarnos a Él como un niño a su padre.

Necesitamos pasar tiempo con Él, profundizar en Su Palabra, sumergirnos en Su presencia, para poder recibir el Rhema diario que nos alimenta. Debemos ser pobres en espíritu.

*Citas bíblicas adicionales:* Leer Amós 5:4, Isaías 66:2, Mateo 18:3.

*Meditar:* ¿Estamos buscando a Dios con todo el corazón? ¿Anhelamos y necesitamos Su presencia cada día? ¿Lo amamos de tal manera que nos sujetamos y dependemos de Él por completo?



No hay comentarios:

Entradas Populares