DEVOCIONAL MARZO 01


Un héroe el domingo, fue crucificado por una turba el viernes.
Tanto la gente que iba delante de Él como la que iba detrás, gritaba: “¡Hosanna al Hijo de David!” Mateo 21:9 

El domingo de Palmas marca el inicio de una semana que cambió al mundo entero. Los cuatro Evangelios registran la emoción cuando Jesús entró a la Ciudad de Jerusalén; la gente ondeaba hojas de palmas reconociendo a Jesús como Rey.

Solo seis días después, los mismos grupos que lo alababan demandaron su crucifixión. ¿Por qué ese cambio repentino?

Una cosa es reconocer a Jesús como un Rey popular de lejos. Pero cuando Él llega a Jerusalén, y voltea las mesas de los cambistas en el templo, Él empieza a entrometerse. La gente, como nosotros, no se entusiasma mucho cuando eso sucede. Nuestra exaltación a Él como Rey debe de ir de la mano con la aplicación de Su Reino en el centro de nuestras vidas. Esto es en lo que falló la multitud de Jerusalén. La multitud que lo había coronado un día, fue la multitud que lo condenó unos días después. Cuando se trataba de permitir falsos cargos contra Jesús que lo llevarían a Su crucifixión, Pilatos pudo haber actuado firme y rápido de acuerdo a la ley pero se los dejó a ellos. Las multitudes y sus líderes coreaban “¡Llévate a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!”(Lucas 23:18).

Es posible que un rey tenga un reino pero que no gobierne. 
¿Cómo es tu relación con el Rey de reyes?





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