TIEMPO DEVOCIONAL MAYO 19

“y de que nadie sea inmoral ni profano como Esaú, quien por un solo plato de comida vendió sus derechos de hijo mayor.” - Hebreos 12:16 (NVI)

Había una compañía de tarjetas de crédito en Reino Unido que tenía un eslogan publicitario muy inteligente que decía: “Quítale el esperar al querer”. Esta actitud es muy común hoy en día y es la razón por la que un sin número de personas viven en una deuda excesiva, y muchas enfrentan la ruina financiera. No les gusta esperar. Lo quieren todo ya.

Lo mismo pasaba con Esaú, el gemelo mayor de Jacob, y eso le costó muy caro. Un día él había estado cazando y volvió a la casa hambriento. Jacob había hecho una olla de estofado y Esaú quería un poco. “Rápido”, dijo, “Dame un poco de ese guiso rojo”. Su hermano le ofreció un trato. "Véndeme tu primogenitura." "Mira que estoy a punto de morir", contestó Esaú, "¿De qué sirve la primogenitura?". Jacob le dio el estofado y un poco de pan. Como hijo primogénito, la primogenitura le habría dado un lugar privilegiado para el futuro, pero él simplemente tenía que tener el guiso. No podía esperar.
En la vida cristiana, la espera puede ser un tiempo de crecimiento muy importante. Esperar implica paciencia, y la Biblia tiene mucho que decir acerca de la paciencia. Eclesiastés 7:8 dice: “Vale más el fin de algo que su principio. Vale más la paciencia que la arrogancia.” Debido al orgullo, hay gente decidida a mantenerse al día con los vecinos, pero no es ahí donde está la alegría. Está en ser paciente y diligente, esperando en el Señor por Su provisión y Sus bendiciones.

Hoy en día estamos inundados de publicidad que dice: "Compre ahora y pague después", lo que hace que sea fácil y conveniente tener lo que queremos ahora, pero Dios no funciona de esa manera. El Salmo 37:7 dice: “Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia.” También en Isaías 5:19 dice “Ay de los que dicen, ¡Que Dios se apure, que apresure su obra para que la veamos; que se acerque y se cumpla el plan del Santo de Israel, para que lo conozcamos!” Esaú se arrepintió de hacer este trato e intentó desesperadamente recuperar la bendición de su padre, pero Jacob ya la había recibido. Dios puede tener cosas maravillosas reservadas para nosotros, pero si le quitamos el esperar al querer, podemos perderlo todo por nuestra impaciencia.

ORACIÓN: Amado Señor, concédeme la paciencia para esperar en ti en situaciones en las que te he hecho una petición especial. Que tu respuesta a mi oración sea lo que Tú deseas y estaré contento. Gracias, Señor.
PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy esperando en lo que Dios quiere para mí o lo estoy presionando por lo que yo quiero?


No hay comentarios:

Entradas Populares