“No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues
así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.” - Santiago 1:22 (NVI)
Creer en Dios no es una actividad pasiva. Creer es
algo activo y debe conducir a la obediencia. A lo largo de las Escrituras
encontrarás que todo acto de Dios en la vida de una persona se precipita por un
acto de obediencia de su parte. Es posible, como Santiago nos advierte, estar
completamente familiarizado con las Escrituras, pero no experimentar su verdad.
A lo que se refiere Santiago cuando dice: “No se
contenten sólo con escuchar la Palabra” es “No se engañen con sólo escucharla.”
Él hace una analogía bastante interesante en el siguiente versículo. “El que
escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro
en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es”
(Santiago 1:23-24).
¿Porqué la mayoría de nosotros nos miramos en el
espejo? Tal vez hay algunos que simplemente se admiran a sí mismos, pero la
mayoría de nosotros nos miramos en el espejo para mejorar. Nos peinamos el
cabello, los hombres se afeitan o se cortan la barba y las mujeres se aplican
maquillaje. Lo que hacemos es actuar en manera de respuesta a lo que vemos. Del
mismo modo, si nos limitamos a hojear las páginas de nuestra Biblia, no
habremos mejorado en nada, nada cambia, es vacío. Si nos sentamos en la iglesia
y nuestras mentes se derivan a otras direcciones, podemos oír las palabras,
pero no estamos escuchando. Eso, también, es vacio y nos olvidaremos de lo que
hemos oído en cuestión de minutos.
El sólo escuchar la Palabra de Dios puede llevar al
engaño. Podríamos coger una verdad a medias, probablemente la parte que nos
gusta escuchar, y pensar “Ah, eso es bueno,” pero terminaríamos sacándolo de
contexto e ignorando los “peros” y los “entonces” importantes. O también nos
podríamos sentar en los bancos de las iglesias semana tras semana y creer que
hemos cumplido nuestro deber cristiano, cuando en realidad nos estaríamos
engañando a nosotros mismos. Santiago dice, “Pero quien se fija atentamente en
la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha
oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla” (Santiago 1:25).
Creer es hacer. Se trata de conocer la Palabra de Dios
y aplicarla a nuestra vida cotidiana.
ORACIÓN: Señor quiero estar muy atento a todo lo que
tu Palabra dice. Ayúdame a absorber tus verdades de manera significativa y
aplicarlas a mi vida cotidiana. Gracias, Señor.
PARA REFLEXIONAR: ¿Está la Palabra de Dios penetrando
en mi corazón y llevándome a la acción?
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