TIEMPO DEVOCIONAL MAYO 18

“No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.” - Santiago 1:22 (NVI)

Creer en Dios no es una actividad pasiva. Creer es algo activo y debe conducir a la obediencia. A lo largo de las Escrituras encontrarás que todo acto de Dios en la vida de una persona se precipita por un acto de obediencia de su parte. Es posible, como Santiago nos advierte, estar completamente familiarizado con las Escrituras, pero no experimentar su verdad.

A lo que se refiere Santiago cuando dice: “No se contenten sólo con escuchar la Palabra” es “No se engañen con sólo escucharla.” Él hace una analogía bastante interesante en el siguiente versículo. “El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es” (Santiago 1:23-24).

¿Porqué la mayoría de nosotros nos miramos en el espejo? Tal vez hay algunos que simplemente se admiran a sí mismos, pero la mayoría de nosotros nos miramos en el espejo para mejorar. Nos peinamos el cabello, los hombres se afeitan o se cortan la barba y las mujeres se aplican maquillaje. Lo que hacemos es actuar en manera de respuesta a lo que vemos. Del mismo modo, si nos limitamos a hojear las páginas de nuestra Biblia, no habremos mejorado en nada, nada cambia, es vacío. Si nos sentamos en la iglesia y nuestras mentes se derivan a otras direcciones, podemos oír las palabras, pero no estamos escuchando. Eso, también, es vacio y nos olvidaremos de lo que hemos oído en cuestión de minutos.

El sólo escuchar la Palabra de Dios puede llevar al engaño. Podríamos coger una verdad a medias, probablemente la parte que nos gusta escuchar, y pensar “Ah, eso es bueno,” pero terminaríamos sacándolo de contexto e ignorando los “peros” y los “entonces” importantes. O también nos podríamos sentar en los bancos de las iglesias semana tras semana y creer que hemos cumplido nuestro deber cristiano, cuando en realidad nos estaríamos engañando a nosotros mismos. Santiago dice, “Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla” (Santiago 1:25).

Creer es hacer. Se trata de conocer la Palabra de Dios y aplicarla a nuestra vida cotidiana.

ORACIÓN: Señor quiero estar muy atento a todo lo que tu Palabra dice. Ayúdame a absorber tus verdades de manera significativa y aplicarlas a mi vida cotidiana. Gracias, Señor.
PARA REFLEXIONAR: ¿Está la Palabra de Dios penetrando en mi corazón y llevándome a la acción?





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