TIEMPO DEVOCIONAL MAYO 15

“…no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios” - 2a Corintios 4:2 (NVI)

La buena predicación es la exposición de la inspirada Palabra de Dios, es autoritaria en lo que declara, y está bajo la unción del Espíritu de Dios. Está diseñada para que la gente escuche la voz de Dios más allá de la voz del predicador. Cuando tomamos la inspirada Palabra de Dios y la unción del Espíritu de Dios por el propósito de escuchar la voz de Dios, algo sucede. La gente se encuentra con Dios y vidas son salvas y transformadas.

La única forma segura de predicar es sacando el mensaje del texto de la Escritura - no usando las Escrituras para respaldar las ideas, sino que el mensaje salga del texto mismo. No necesitamos saber las opiniones personales del predicador. Si nosotros los predicadores predicamos nuestras opiniones, estamos abusando el privilegio de nuestra responsabilidad. Pablo escribió, “No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús” (2a Corintios 4:5).

Lo que necesitamos saber es lo que Dios nos ha dicho en Su Palabra. El trabajo del predicador es entenderla bien, para que entonces la predique de una manera que sea relevante a sus oyentes. El apóstol Pablo le dice a los Corintios: “Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes” (1a Corintios 11:23). Él fue simplemente el conducto por el que Dios quería comunicarse a su pueblo. Lo recibo, dice Pablo, y después lo transmito. Ese es el patrón.

Predicar es en última instancia predicar a Cristo. Él es la Verdad, de la cual la Escritura da testimonio de principio a fin. Si no lleva a Cristo, entonces se puede estar moralizando o filosofando sobre sugerencias de cómo convertirse en una mejor persona, pero eso no es predicar. Un buen predicador se preguntara, "¿Qué es lo que estoy diciendo acerca de Cristo? ¿Cómo está siendo Cristo comunicado en este mensaje?" La tarea de cualquier testigo de Cristo no es llevar a la gente a Cristo, sino traer a Cristo a la gente, hablarles acerca de Él, y entonces dejar en las manos del Espíritu Santo que los lleve a Cristo.

Si queremos ser relevantes, debemos hacer frente a las cosas que son eternas - y es por eso que la Palabra de Dios es la cantera de donde cavamos la verdad.

ORACIÓN: Amado Señor, gracias por los predicadores que cumplen con tu Palabra y ayudan a dar un entendimiento claro de lo que Tú quieres que sepamos. Toda la Escritura lleva a Cristo y oro para que nuestro mundo tenga muchos más predicadores que prediquen según este patrón.


PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy siendo iluminado acerca de Cristo en las predicas que escucho en mi Iglesia?


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