TIEMPO DEVOCIONAL ABRIL 01

“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo…” Colosenses 3:15 (RVR1960)

Estar en paz con Dios es una cosa, pero dejar que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones, eso es otra cosa. Cuando lo dejamos obrar desde lo más profundo de nuestro ser, sin importar lo que pase, es que verdaderamente podemos disfrutar de la paz de Cristo. Aunque nuestro mundo exterior puede estar en crisis, si nuestros corazones están arraigados en Jesús, Él se convierte en el pilar de nuestra fortaleza.

Pablo no habla de dejar que la paz de Dios esté presente en nuestros corazones, sino que gobierne en nuestros corazones - para que tome control y que libremente se someta todo lo demás a ese gobierno. Debido a que somos los receptores de la gracia de Dios, vamos a experimentar la paz de Dios como nuestro recurso de estabilidad, sin importar lo que esté sucediendo a nuestro alrededor. No es una paz lógica derivada de la capacidad humana, sino que es de origen sobrenatural.

La paz de Dios es muy diferente a la tranquilidad, que está muy bien ilustrado en un concurso de pintura celebrado en Inglaterra. El tema para los artistas era la "paz" y hubo dos ganadores. Una de las pinturas era una apacible vista panorámica de la región de los Lagos en el noroeste de Inglaterra, con una magnífica imagen que mostraba los majestuosos árboles de coníferas que se reflejaban en el lago. No había nada de sorprendente en la serenidad y tranquilidad de esta pintura. Daban ganas de ir allí y ganó el segundo premio.

Otra pintura era de una violenta tormenta, las turbulentas olas se estrellaban contra las rocas, nubes negras, relámpagos y viento fuerte. Había un acantilado escarpado que se hundió en el mar y a dos tercios de la altura de este acantilado había una gaviota sentada en su nido, que se encontraba encaramada en una hendidura de la roca, con los ojos cerrados. El artista llamó a su pintura “Paz” y ganó el primer premio.

La paz de Dios no significa sacarnos de nuestras dificultades. Los tiempos duros vendrán, pero en ellos podemos experimentar no sólo la paz de Dios, sino además su suficiencia. Pablo nos dice: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7 (RVR1960). "Con acción de gracias" expresemos nuestra dependencia en Dios, dándole gracias por su presencia. Clamamos su promesa, cuando permitimos que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones y dejamos de estar ansiosos.

ORACIÓN: Gracias, Padre Celestial, por haberme dado la paz de Cristo para que gobierne mi corazón y me sustente a través de cualquier tormenta. Ayúdame siempre a descansar en Ti y recurrir a tu fortaleza.

PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy permitiendo que la ansiedad tome lo mejor de mí en tiempos difíciles, o estoy descansando en Cristo al experimentar su paz?

Desde el Ministerio © Vive La Verdad


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