TIEMPO DEVOCIONAL MARZO 30

“Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz”. Efesios 4:2-3 (NVI)

Siguiendo con lo de ayer, la tercera característica que Pablo nos da para andar como es digno del llamamiento de Dios a la unidad es ser “pacientes”. Ésta es nuestra disposición hacia las circunstancias. A menudo nos encontramos en circunstancias donde las cosas no resultan de la manera que esperábamos. La vida se vuelve difícil, dolorosa, dura, desalentadora y decepcionante. ¿Por qué motivo entonces dice Pablo sean “pacientes?”

Pablo sabía de lo que estaba hablando porque él nos introduce al tema diciendo: “Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido” (Efesios 4:1-2). Él escribió esto desde la cárcel; donde estaba restringido, abandonado y descuidado. Pero nótese que se describe a sí mismo como “preso por la causa del Señor” (RV). Si interpretó sus circunstancias sólo a la luz de sus enemigos, o bajo la luz del injusto sistema judicial romano, tendría toda la razón para estar amargado. Pero las interpretó a la luz de la dirección soberana de Dios, entonces aunque no fue por su elección, él es un “preso por la causa del Señor.” Esta disposición a la paciencia, sabiendo que Dios trabajará un propósito eterno en nuestra situación, es una contribución a nuestro andar como es digno del llamado que hemos recibido.

La cuarta cualidad de la que Pablo escribe es: “... tolerantes unos con otros en amor.” Esto implica que convivir con los demás, a decir verdad, no es siempre la cosa más fácil del mundo - se necesita un poco de “... tolerantes unos con otros en amor” ¡a veces! Y por supuesto que hace falta. Tenemos nuestro círculo de familia, de amistades, de amor, pero esto se refiere al mundo en general. Es una disposición de amor. Jesús dijo: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan 13:34-35). La evidencia de nuestro discipulado es nuestro amor por los demás.

Las evidencias de “vivir de una manera digna del llamamiento que hemos recibido,” es que tengamos una disposición de humildad hacia nosotros mismos, de mansedumbre hacia los otros, de paciencia hacia nuestras circunstancias y de amor hacia el mundo entero. Esto, dice Pablo, nos permitirá guardar la unidad del Espíritu. Si nos encontramos viviendo en desunión, podríamos hacer un buen plan para volver a estas cuatro cualidades en Efesios 4:2 y preguntarnos “¿Estoy viviendo con humildad, con mansedumbre, con paciencia y con amor? ¿Estoy manteniendo la unidad del Espíritu al permitir que Cristo sea la fuente de estas cualidades? Así es como estaremos “viviendo de una manera digna del llamamiento que hemos recibido”.

ORACIÓN: Amado Señor, pido que tu fuerza, tu paciencia y tu amor estén siempre trabajando en mí. Hazme un verdadero discípulo, viviendo siempre con humildad y gratitud delante de Ti. Gracias, Señor.

PARA REFLEXIONAR: ¿Estoy caminando dignamente en la unidad del Espíritu al que Dios me ha llamado, y estoy confiando en Él que me dará todos los recursos que necesito?

Desde el Ministerio © Vive La Verdad


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