TIEMPO DEVOCIONAL MARZO 23

“—Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo”. Juan 5:19 (NVI)

Jesucristo no tenía agenda propia. Todo lo que Él dijo e hizo fue una expresión de la voluntad de su Padre. Él dijo en Juan 14:10 “¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras”. Ver a Jesús en acción era ¡ver a Su padre en acción! Esto no era una pretensión de deidad (aunque Jesús nunca fue menos que Dios, sino en todo momento co-igual con el Padre y el Espíritu Santo), sino más bien Él estaba hablando de cómo Él vivió como un hombre. Esta es la naturaleza de la verdadera humanidad.

En Juan 5:19, Jesús dijo: “—Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo”. En otras palabras, les estaba diciendo a los judíos que estaban atacándolo, “No me culpen si no les gusta lo que hago y no me feliciten cuando les guste lo que hago”. “Por mí mismo no puedo hacer nada”, y Él continua diciendo: “juzgo sólo según lo que oigo, y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió” (Juan 5:30). Jesús relacionó cada situación, crisis y oportunidad a la que se enfrentó, a Su Padre. No hizo nada independiente de Su Padre, sino todo lo hizo en dependencia de Él.

¿Cómo operó esa dependencia? Muy simple, Jesús vivió en obediencia a lo que Él sabía que era la voluntad de Su Padre, y dependiendo de los recursos de Su Padre. Así también es cómo debemos de vivir, en dependencia y obediencia a Jesús, porque lo que hacemos efectivamente no puede separarse de lo que Jesús está haciendo.

En Juan 15:5 Jesús dijo a Sus discípulos: “El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada”, es decir, pueden hacer todo lo que Yo puedo hacer sin mi Padre - nada. Por el contrario, si le obedecemos y confiamos en Él, descubriremos con asombro lo que Dios va a hacer. Como el Hijo necesitaba al Padre, así también nosotros lo necesitamos. Como el Padre estaba disponible para trabajar a través del Hijo, así el Hijo está disponible para trabajar a través de nosotros. Una vez que sabemos esto, podemos obedecer con audacia y valentía lo que Él nos da para hacer, confiándole a Él solo las consecuencias. ¡Y Él se ocupará de estas!

ORACIÓN: Gracias, Jesús, por estar siempre disponible para mí. Ayúdame a vivir mi vida en obediencia y dependencia de Ti, tal y como Tú lo hiciste siendo un hombre en la tierra con nuestro Padre.

PARA REFLEXIONAR: ¿En qué áreas de mi vida necesito confiar y depender más a Jesús?

Desde el Ministerio © Vive La Verdad

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