TIEMPO DEVOCIONAL MARZO 20

“Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.”. Juan 6:11 

En la historia de Jesús alimentando a las 5000 personas, hay un secreto que debemos ser muy cuidados de observar. Juan 6:10-11 dice: “—Hagan que se sienten todos —ordenó Jesús….” A continuación, tomó los panes, dio gracias, y repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Él hizo lo mismo con el pescado. Para el siguiente versículo, todo ha terminado: “—Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.”

¿Qué paso? ¿Qué hizo Jesús? Él hizo algo tan simple que a menudo olvidamos. Juan dice: Él “dio gracias”. Eso no significa que Él ¡bendijo la mesa antes de la comida! (“Por lo que estamos a punto de recibir que el Señor nos haga verdaderamente agradecidos Amén”). Por el contrario, cuando dio gracias, simplemente significa que Él contó con la Suficiencia de Su Padre, pasó la responsabilidad de actuar a Él, y dijo “gracias”. Cinco panes pequeños, dos pescados, cinco mil personas, un dilema humano que no causa pánico en el cielo – “gracias”.

¿Cómo sé que ésta es la clave? Debido a que más adelante en este mismo capítulo, dice: “Sin embargo, algunas barcas de Tiberíades se aproximaron al lugar donde la gente había comido el pan después de haber dado gracias el Señor” (v. 23). ¿Te diste cuenta de eso? Si yo hubiera escrito este relato habría dicho que arribaron cerca del lugar donde Jesús había ¡realizado un milagro, o había dado de comer a los cinco mil! Eso es lo me habría impresionado. Pero cuando Juan escribe bajo la inspiración del Espíritu Santo, se hace hincapié en que éste era el lugar donde “el Señor había dado gracias”. Ésa fue la clave.

Esto es algo tan simple aquí, que podemos fácilmente pasarlo por alto. Dar gracias es el reconocimiento de la dependencia de nosotros en otra persona. Si me abres la puerta, te diré “gracias”, reconociendo mi dependencia en ti en ese momento. Lo que Jesús hace aquí es la transferencia de la responsabilidad de Sí mismo a Su Padre, y Él lo hace diciendo “gracias”.

Esta debe ser nuestra disposición hacia el Padre. Agradeciendo a Dios reconocemos nuestra dependencia en Él. Es por eso que Pablo escribió “den gracias a Dios en toda situación, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1ª Tesalonicenses 5:18). ¿Está usted pasando dificultades hoy en día? Déselas a Dios, con acción de gracias y deje las consecuencias con Él.

ORACIÓN: Amado Señor, quiero vivir cada día con una disposición de gratitud a Ti por todo lo que tengo y en cada situación que enfrento. Gracias que podemos siempre depender de Ti y no estamos limitados simplemente a nuestros recursos humanos.

PARA REFLEXIONAR: Independientemente de que circunstancias de prueba estoy enfrentando ¿estoy dando gracias a Dios por Su presencia y suficiencia en medio de ellas?

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