TIEMPO DEVOCIONAL MARZO 17

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.Salmo 51:6

La decepción y la mentira absoluta se han convertido en una forma de vida, al grado que ya apenas lo notamos. Están en la mercadotecnia, en las empresas, en los espacios políticos, en los tribunales y juzgados, en los lugares de trabajo y entre familiares y amigos. Incluso nos mentimos a nosotros mismos constantemente para justificar nuestro mal comportamiento. Existen en la actualidad, “servicios de coartada”, que por variados honorarios, inventan pruebas elaboradas y evidencias falsas de todo tipo para presentar a un jefe, cónyuge, acreedor ó pariente, para que una persona dé una solución. 

Por increíble que parezca, al parecer, este “negocio de coartada” tiene sus escrúpulos ya que no proporciona coartadas a los policías fiscales ó a los acreedores comerciales porque eso ya sería “¡inmoral!"

Existe una idea popular hoy en día, que no existe tal cosa como la verdad objetiva absoluta, sino sólo verdades relativas. Lo que es válido para una persona puede no serlo para otra, y eso hace tantas “verdades relativas”, como personas existen en el planeta. Existe una gran cantidad de opiniones diferentes, conclusiones y teorías, pero esto tampoco constituye por sí mismo la verdad.

La verdad es definida en el diccionario como estar en conformidad con los hechos o la realidad; verdadera, no falsa ó falsificada, exacta y precisa. Ésta es precisamente la naturaleza de Dios. De hecho, Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Cristo es totalmente coherente y real. Podemos decir de alguien: “¡Oh, eso es precisamente lo que no es él!”, ó “Yo no sé lo que se le metió hoy”, pero no podemos decir lo mismo de Dios. Él es totalmente digno de confianza y Su verdad es inmutable y predecible. Él es fiel a su Palabra, fiel a Su carácter, fiel a Su naturaleza y fiel a Sus promesas.

Habiendo sido creados a Su imagen, es por lo que debemos ser fieles y defensores de la verdad. En Juan 8:44 Jesús hablaba del demonio como “el padre de la mentira”. Tal y como la verdad es la naturaleza de Dios, las mentiras son la naturaleza de Satanás. Ésa es su especialidad y va a usar cualquier táctica para alejarnos de la verdad y desviarnos hacia la falsedad. Si no vivimos verdaderamente apegados a la verdad, le daremos al diablo una gran oportunidad de introducirse en nuestras vidas. Jesús siempre nos regresará a lo convincente de nuestros corazones. Él desea la verdad en lo más profundo de nuestro ser y cuando esto sucede, lo externo se cuidará solo. Y cuando Jesús es preeminente en nuestras vidas, entonces lo será también la verdad porque son inseparables.

ORACIÓN: Señor, sé que Tú eres la Verdad y cualquier cosa que sea menos veraz es pecado. Por favor dame la sabiduría para discernir las mentiras que sutilmente se disfrazan a sí mismas como la verdad y mantenme Señor, desde siempre, alejado de participar en el más mínimo engaño en contra de nadie. Haz que mi vida sea toda acerca de Ti. Gracias, Señor.

PARA REFLEXIONAR: ¿Qué prioridad que es veraz sostengo en mi vida?


© Vive La Verdad



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