TIEMPO DEVOCIONAL MARZO 16

 Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir.” Juan 4:47 

Cuando el funcionario real escucho hablar de la llegada de Jesús a Galilea, fue y le rogó a Jesús que sanara a su hijo moribundo. Fue directamente hacia Jesús Mismo. Siendo un funcionario real, podemos suponer que él tenía la autoridad para enviar a un sirviente o a un representante al encuentro de Jesús en su nombre. Pero en vez de eso él fue a Jesús mismo, pidiéndole “Señor, baja antes de mi hijo se muera” (Juan 4:49).

Siempre estoy preocupado por la gente que quiere enviar a alguien más a Jesús en su nombre. Tenemos a otros orando por nosotros, pero en realidad nosotros ¡ni siquiera hablamos con Dios! Algunos líderes de la iglesia no ayudan en esta área animando a la gente diciendo “envíenos sus peticiones de oración”. Esto perpetúa una inmadurez espiritual malsana donde la gente asume que alguien más tiene mejor acceso a Dios que ellos, y que sus oraciones son por lo tanto más eficaces. Es bueno orar unos por otros, pero le temo al concepto creado por un líder cristiano que sus oraciones lograrán más. ¡Ve a Jesús tú mismo! Pablo nunca le pidió a la gente que le enviaran sus peticiones de oración y tampoco lo hizo Jesús. Ellos alentaron la maravillosa posibilidad de tener acceso directo al Padre a cada persona en necesidad. Todos tenemos el mismo acceso a Dios.

Hay un lugar para la oración de intercesión, y orar por los demás es importante y bueno. Tenemos que llevar los unos las cargas de los otros. Algunas personas pueden no estar en posición de llegar a Cristo ellos mismos. Pueden estar confundidos o sin un apetito por Dios, y oramos en su nombre. Pero debe llegar un momento en el que ellos mismos se acerquen a Él y no a través de un intermediario.

El concepto de que podemos conspirar contra Dios para obtener de Él la acción, en lugar de venir en humilde dependencia de Él es engañoso. El oficial se dirigió directamente a Jesús y no a Sus discípulos. No corras con un consejero, o a un libro, o una iglesia, o un predicador sin correr primero a Jesús. Nadie puede ser un sustituto para tratar asuntos con Jesús mismo y todos tenemos el mismo acceso a Él.

ORACIÓN: Querido Jesús, yo estoy muy agradecido de que Tú nos hayas dado a todos acceso directo a Ti. Es lo que hace que sea una enriquecedora relación, y atesoro el tiempo que invierto en comunión contigo. Gracias Señor, por Tú presencia maravillosa en mi vida.

PARA REFLEXIONAR: ¿Alguna vez he pensado que la oración de alguien puede ser más eficaz que la mía? Y si es así ¿por qué? ¿Animo a la gente a orar?

Desde www.vivelaverdad.com


No hay comentarios:

Entradas Populares