TIEMPO DEVOCIONAL MARZO 15

"El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos."
Proverbios 16:9

En el día de Pentecostés, cuando Dios derramó Su Espíritu Santo y la Iglesia nació, Pedro se puso de pie y declaró las palabras de Dios dadas por el profeta Joel a una multitud de personas, entre ellas, “Sucederá que en los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos. (Hechos 2:17). Parte del ministerio del Espíritu Santo es dar visiones a los jóvenes y sueños a los ancianos. La visión es sobre cosas de las que vamos a ser parte - por lo tanto, una visión es para los jóvenes. Los sueños pueden ser exactamente lo mismo, pero podemos no ser parte de ellos - por lo tanto, son para los ancianos. De cualquier manera, tenemos que experimentar visiones y sueños de parte de Dios como medios de guía.

Pero cuando seguimos la visión, ¿qué ocurre si nos equivocamos? Algunos de nosotros estamos tan paralizados por el temor a un movimiento en falso que nunca hacemos un movimiento ni correcto. ¡Dios tiene construido ya un paracaídas para posibles movimientos incorrectos! Isaías 30:21 “Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Éste es el camino; síguelo.»” Si vas a la izquierda o a la derecha, oirás una voz detrás de ti que te enderece en el camino. ¿Por qué esta voz viene detrás de nosotros? Porque a veces podemos vivir durante años en el lugar correcto, haciendo lo correcto, ejecutando los movimientos correctos sin necesidad de una confirmación consciente de orientación de parte de Dios. Él está activamente guiándonos. Pero en cuanto hacemos un movimiento equivocado o deambulamos fuera de curso, el Espíritu de Dios, de alguna manera, nos jalará de regreso al camino. Cómo lo haga es Su asunto y lo hará de manera diferente en diferentes vidas, pero el principio es verdadero y aplicable para todos nosotros. Cuando lo reconocemos a Él en todos nuestros caminos, su guía se convierte en parte de la vida.

Vivir en la voluntad general de Dios, reconociéndolo a Él en todos nuestros caminos, nos prepara para ser beneficiarios de visiones y sueños, que el Espíritu pone en nuestros corazones, y que tenemos que seguir con valentía. Le tomó coraje a Noé, Abraham, Moisés, Josué, David, Jeremías y muchos otros dar un paso de obediencia a Dios. Ellos no se cruzaron de brazos, esperando que Dios hiciera el primer movimiento. Él dio la dirección y ellos obedecieron, y una vez que estos dos factores se unieron, no importa cuán imposible pareciera la tarea, Dios estuvo activamente involucrado en el curso de todo el proceso de liderar, dirigir, corregir, habilitar y cumplir Su agenda a través de ellos. Ésta sigue siendo nuestra confianza hasta el día de hoy.

Su visión para nosotros se hace realidad dentro del contexto de una obediencia valiente, de una confianza incuestionable.

ORACIÓN: Querido Padre Celestial, te agradezco mucho por la orientación que has llevado a cabo en mi vida. Confío en Ti y te doy gracias por tu Espíritu Santo que me permite saber cuando he hecho mal y me pone de nuevo en el camino correcto.

PARA REFLEXIONAR: ¿De qué manera he sentido al Espíritu de Dios regresándome al camino cuando he dado un paso en falso? ¿Cuáles fueron las circunstancias?

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