TIEMPO DEVOCIONAL FEBRERO 27

“Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada.” — Filipenses 2:14-15 

Una vez que hemos sometido nuestra vida a Jesús, empezamos a vivir para Su agenda, pero esto no significa que vivamos como si estuviéramos flotando seis pulgadas arriba del suelo. Por el contrario, entre más sometemos nuestra vida a Jesús, mejor tendremos los pies puestos en la tierra y seguiremos adelante con la vida.

Proverbios 3:6 (RVR1960) dice: “Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” Esta es una promesa de Dios, pero Sus promesas son condicionales y están hechas dentro del contexto de una relación con Él. Nuestra parte es reconocer a Dios en todos nuestros caminos y Él automáticamente se compromete a guiarnos. Jesús dijo: Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada” (Juan 15:5). Esto es algo que Pablo reconocía profundamente. Al final de sus viajes misioneros, Pablo siempre informaba a la iglesia en Antioquía, no de lo que él había hecho para Dios, sino de lo que Dios había hecho a través de él.

Una vida con Jesús es una vida de servicio porque siempre estaremos en Sus asuntos dondequiera que Él nos lleve. Podemos creer que tenemos un trabajo mundano, pero no debemos sentirnos despreciados por eso. Con el tiempo, Dios probablemente nos moverá, pero donde quiera que estemos ahora, la realidad es que Dios nos ha puesto allí para Su propósito. Por lo general, en un ambiente abrumadoramente secular no veremos evidencia de una relación con Dios. Pero debemos recordar que, como cristianos, somos la luz que Dios trae al lugar donde Él nos haya puesto.

Esto no significa, de ninguna manera, una vida cristiana "superior" o una vida cristiana "más profunda". Watchman Nee, un líder y autor cristiano del siglo XX en China continental, dijo que la vida cristiana promedio es tan subnormal que la vida cristiana normal parece ser anormal o superior... pero esta es la vida cristiana normal. La vida Cristiana fructífera no es el resultado de nuestra capacidad de imitar a Dios, sino de Su habilidad para dirigir nuestras vidas y reproducirse así mismo en nosotros.

La vida cristiana no es acerca de nuestra perfección, sino acerca de nuestra disponibilidad. Consiste en una relación íntima y profunda de amor con Jesús, en la que Él mismo revela sus planes para nosotros y nos pone a trabajar en unión con Él. Para el mundo en general, parece revolucionario y tal vez radical, pero también es real. En palabras de Pablo: “ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida” (Filipenses 2:15-16). Trabajar con Jesús da propósito divino a cualquier trabajo que hagamos. Para citar a Pablo otra vez, dice en el verso 16 que "Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano...” En la agenda de Jesucristo, no hay mejor motivación que eso.

ORACIÓN: Amado Señor Jesús, concédeme un espíritu de siervo en el que tenga un profundo deseo de trabajar contigo. Dondequiera que Tú me lleves, mantenme alerta a las oportunidades que Tú me pones para servirte. Gracias Señor Jesús.

PARA REFLEXIONAR: ¿Qué significa que seamos trabajadores juntamente con Dios? ¿Cuál es el significado del servicio a Dios? ¿Estoy sirviendo a Dios en el lugar que Él me ha puesto?


VÍA © Vive La Verdad

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