TIEMPO DEVOCIONAL ENERO 28

“Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el SEÑOR —: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” — Jeremías 31:33

Sabemos que nuestro universo está gobernado por leyes de diferentes clases. En matemáticas, dos más dos siempre será cuatro. En química, podemos mezclar dos partes de hidrógeno con una parte de oxígeno y obtendremos agua. Las leyes de la física son totalmente fiables. La gravedad es la fuerza que atrae la materia a la materia y da una sensación de peso, más popularmente conocida como “todo lo que sube debe bajar”. Desde el principio de los tiempos, estas son leyes absolutas y nos permiten entender y predecir el funcionamiento de nuestro universo.

Pero y, ¿qué hay acerca de una ley moral? ¿Existe una ley natural moral que no sea impuesta externamente sino que en realidad sea inherente a todos nosotros y transcienda el tiempo y la cultura? Pablo nos dice, “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiendo sus razonamientos” (Romanos 2:14-15)

¿Era simple coincidencia que los gentiles hicieran las cosas requeridas por la ley de Dios aunque ellos todavía no tuvieran conocimiento de la ley? Pablo está diciendo que no es coincidencia, sino que es porque los requerimientos de la ley en realidad están escritos en sus corazones. Es decir, las personas tienen un sentido natural innato del bien y del mal. Dios dio al pueblo judío la ley por escrito, pero también la ha puesto en el corazón de los gentiles. Puesto que existe una ley moral natural que no es arbitrariamente impuesta sino que es universal a toda la raza humana, también existen implicaciones inherentes a eso. Aunque podemos sentirnos libres de quebrantar o cambiar las leyes, la realidad es que si las rompemos, con el transcurso del tiempo, ellas nos romperán a nosotros. La violación de la ley moral de Dios es tan destructiva como ignorar las leyes físicas de Dios.

La ley moral absoluta del universo está determinada por el carácter de Dios, la cual Él reveló en los Diez Mandamientos. En el mundo de hoy, los Diez Mandamientos parecen anticuados, restrictivos, irrazonables e incluso irrelevantes para muchas personas, pero debemos reconocer que se derivan del carácter inmutable de Dios. Tal vez porque son humanamente imposibles de cumplir, los Diez Mandamientos, son percibidos con tal escepticismo y negatividad, pero ese es exactamente el punto central, su cumplimiento. Las leyes de Dios son imposibles de cumplir para un pueblo caído, pero no para Dios, ya que son Su naturaleza. Es por eso que el objetivo del Evangelio es restaurar el carácter moral de Dios y así restaurar los comportamientos y actitudes que reflejen la imagen moral de Dios en nuestra experiencia.

ORACIÓN: Amado Padre Celestial, gracias por los Diez Mandamientos y por el código moral que ellos representan al estar escritos en nuestro corazón. Ayúdame a tener plena consciencia de ellos y a reflejar Tu carácter moral. Gracias Señor.

PARA REFLEXIONAR: ¿Existe una ley natural que sea inherente a todos nosotros y transcienda el tiempo y la cultura? ¿Por qué razón Dios dio los Diez Mandamientos? ¿Cómo podría explicar la relevancia de los Diez Mandamientos en el mundo de hoy?

© Vive La Verdad


No hay comentarios:

Entradas Populares