TIEMPO DEVOCIONAL ENERO 31

“…el evangelio de Dios, que por medio de sus profetas ya había prometido en las sagradas Escrituras. Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana era descendiente de David, pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor.” — Romanos 1: 1-4

Como lo indica el verso de apertura, Pablo está citando a Aquél a quien toda la Escritura del Antiguo Testamento hace referencia; el Único quien es tanto humano como divino. Para llevar a cabo el plan de redención y salvación era necesario un ser humano, ya que la naturaleza caída de la humanidad debería estar representada, sin embargo, este ser humano debería estar completamente libre de pecado. Lo anterior hacía indispensable que Dios, hecho hombre, fuera el único substituto posible. Jesús siempre estuvo libre de pecado y durante Su encarnación terrenal fue el único ser tanto divino como humano al mismo tiempo. “Descendiente de David”, hace referencia a la humanidad de Cristo, y “el Hijo de Dios por Su resurrección”, proclama Su divinidad.

La deidad de Cristo, la cual lo hace Dios, y lo ubica al mismo nivel del Padre y del Espíritu Santo, es fundamental para la comprensión del Nuevo Testamento. Tenemos una fe Trinitaria, donde creemos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un sólo Dios Verdadero que se ha revelado y manifestado en estas tres personas distintas. Las Escrituras nos dicen que la creación fue originada en Jesús, es decir, Él es la fuente divina y el origen de toda la creación. Igualmente, las Escrituras nos dicen que la creación fue a través de Jesús, es decir, Él es el medio divino a través del cual todo la creación vino a existir, y por último, las escrituras nos dicen que la creación fue para Él, lo que significa que Él es la meta divina y el propósito de toda la creación, es decir toda la creación fue hecha para Él, para que en Él subsistan todas las cosas.

En cuanto a la humanidad de Cristo, Él no apareció en este mundo de una manera espontánea, disfrazado de divinidad, sino que nació como cualquier ser humano real. Jesús tenía nuestras mismas necesidades y fue sometido a las mismas pruebas y tentaciones de cualquier ser humano. Sin embargo, durante Su tiempo de encarnación en esta tierra, Él sabía que sería rechazado y despreciado por Su propio pueblo. Igualmente sabía que durante tres años viviría la vida de un mendigo, y a parte de la ropa que llevaba puesta, nunca poseería nada más. Él sabía que sería traicionado, arrestado, humillado, torturado y condenado a morir de la manera más cruel. Jesús sabía perfectamente que nuestro pecado es lo que nos separa de Dios, y voluntariamente aceptó morir en la cruz y tomar nuestro pecado, una vez y para siempre.

En la declaración de Pablo acerca de la persona y la obra de Jesús dice: “Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11). La Biblia hace referencia a Jesús como el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:16). Únicamente Jesús es digno, únicamente Jesús salva y todos necesitamos conocerlo.

ORACIÓN: Precioso Señor Jesús, mantenme humilde y con un espíritu rendido permanente delante de Ti. Haz que toda mi vida esté centrada en Ti, y cuida por siempre de mí. Te amo Señor y alabo tu Santo Nombre por siempre. Amén.

PARA REFLEXIONAR: ¿Cuál es el significado para que en mi vida Jesús sea el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES? ¿Cómo podría explicar esto a los demás?

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