En Inglaterra existía una pareja, que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres, una de sus tiendas favoritas era una donde vendían vajillas antiguas.
En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita, me permite ver esa hermosa tacita pregunto la señora, nunca he visto nada tan fino como eso.
En cuanto tuvo la tacita en la mano escucho que la tasita comenzó a hablar, la tasita comento: ¡¡ Usted no entiende!!
Yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo, hace mucho tiempo yo solo era un montón de barro amorfo, mi creador me tomo en sus manos, me golpeo cariñosamente y me moldeo.
Llegó un momento en que me desesperé y le grite: ¡¡ Por favor déjeme en paz!! , pero solo me sonrió y me dijo: ¡aguanta un poco más, todavía no es tiempo!
Después me puso en un horno, en mi vida había sentido tanto calor, me pregunte ¿por qué mi creador quería quemarme? así que toque la puerta del horno y atreves de la ventana pude leer sus labios que decían, aguanta un poco más que todavía no es tiempo
Finalmente abrió la puerta y me puso en una repisa para que me enfriara, me sentía mejor, pero al poco rato ya me estaba tomando de nuevo, cepillándome y pintándome
Yo le gritaba por favor para que me duele, el me respondía lo mismo: ¡aguanta un poco más, todavía no es tiempo!
Al tiempo me puso en una repisa, me puso un espejo al frente y me dijo mírate yo se que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas te hubieras secado. Sé que te dolió cuando te puse en el fuego, pero si no lo hubiera hecho no serias tan fuerte como lo eres ahora.
Puedes ver en el espejo lo que eres ahora, un producto terminado, mucho más fuerte, más lindo y sobre todo SIRVE más que antes, porque todos existimos para servir.
No importa por las pruebas que nos toque pasar, Dios siempre tiene buenos propósitos para nosotras, solo tenemos que aprender a esperar, a confiar.
Amada princesa, la Palabra del Señor nos narra en Jeremías 18:6 "¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel."
Somos barro en las manos del mejor alfarero, quién con sus manos nos moldea, nos da forma, nos perfecciona... Él nos dice hoy, que no nos dejará hasta que seamos perfectas, hasta que El complete Su maravillosa obra en nuestras vidas.
Si algo no está bien en nuestras vidas, El, como buen alfarero, rompe nuestro cántaro y lo hace nuevamente... Todas tenemos que pasar por este proceso, todas tenemos que pasar por el "Taller del Alfarero" porque es en ese lugar donde seremos perfeccionadas, preparadas, para ser usadas como vasos de honor para el Rey de reyes... No temas, estás en las manos del mejor Alfarero, estás en las manos del Maestro.
Soy una Princesa Guerrera
♔ Diana J. Hernández J.♔
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