Aprenda a hablar el lenguaje de Dios

Porque todo el que se sigue alimentando de leche, obviamente es inexperto en la doctrina de la justicia (en cuanto a ajustarse a la voluntad divina en propósito, pensamiento y acción) porque es solo un niño (incapaz aún de hablar). Pero el alimento sólido es para los maduros, para quienes tienen sus sentidos y facultades mentales ejercitados, por la práctica, para discernir y distinguir entre lo que es moralmente bueno v noble, y lo que es perverso y contrario tanto a las leyes humanas como a las divinas (Hebreos 5:13-14).

Necesitarnos tiempo para aprender la Palabra de Dios y para conocer Su corazón. Aunque muchas cosas están claramente definidas en la Palabra, y obviamente Su voluntad se expresa en ella, hay otras sobre las cuales debemos decidir, porque no están definidas en blanco y negro. Por eso necesitamos conocer Su corazón y ser guiados por Su Espírítu. La Biblia no nos dice qué tipo de automóvil comprar, o cuándo vender nuestra casa vieja y adquirir una nueva, o para cuál empresa trabajar. Si, por ejemplo, trabajamos para una compañía y deseamos un ascenso o promoción en el cargo, ese deseo puede ser la voluntad de Dios para nosotros, pero también podría ser codicia.
¿Cómo podemos saber la diferencia? El tiempo nos da la respuesta. Toma tiempo conocer a Dios, conocer nuestros corazones y alcanzar la capacidad de ser totalmente sinceros con nosotros mismos y Con el Señor. Toma tiempo conocer nuestras motivaciones internas y determinar si ellas son puras o no.

Joyce Meyer, ¡Esta boca mía!


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