Bendito sea mi Rey y Salvador, mi Amado Guerrero Victorioso, el que hace justicia a sus hijas.
Soy su princesa, su princesa guerrera, y El me ha enseñado a alabarle mientras pelea por mi.
El es fuerte en batalla y me eleva sobre todos aquellos que buscan mi mal.
Puedo descanzar en El, puedo confiar en sus promesas, tengo victoria segura en Cristo.
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